Un apasionado del deporte y entusiasta de la romería del Rocío

Hace unas semanas Nones dejó de luchar contra la enfermedad y falleció pidiendo a sus más íntimos que arrojasen sus cenizas en la aldea del Rocío, en Huelva, en la otra punta del país. Y es que Noriega, como también se le conocía, escondía bajo su apariencia de persona seria a un ser tremendamente divertido que sabía disfrutar de la vida.

Nones había nacido en Guarnizo hace 68 años. Jubilado de Teka, comenzó su andadura deportiva como delegado de la Agrupación Deportiva Sagardía, un equipo de balonmano femenino que compitió en lo más granado de balonmano. También estuvo en el Bansander. Ocupó el cargo durante más de diez años, formando un buen tándem con Enrique Villa, periodista y responsable del club santanderino. Con Villa participó en algunos programas que el periodista dirigía en Antena 3. Posteriormente, ocupó el cargo de delegado en el mismo club con el conjunto masculino.

Su faceta futbolística se centró durante veinte años en la Cultural de Guarnizo como directivo y entrenador. A mediados de los años setenta, durante una temporada, fue mi entrenador en las categorías inferiores del Racing.

Hombre serio, cabal, con mucho criterio y conocimientos en materia deportiva. Salvador Varona, su cuñado, le describe como una persona siempre dispuesta, divertida..., un «tío muy majete».

Uno de estos días, seguramente, sus cenizas formarán parte del camino de una de las peregrinaciones marianas más populares del país. Allí donde Nones quiso permanecer para siempre.