Apasionado del mundo de los bolos y buen jugador de fútbol

Primo de José Manuel, la vida laboral de Ramón estuvo vinculada, como la de muchos cayoneses, a la fábrica de la Nestle. Como algunas grandes empresas de la época de los 60 y 70, la factoría ofrecía diversos divertimentos a sus empleados, y en este caso uno eran los bolos, donde Riancho fue una persona importante.

Aunque también jugó en el equipo de La Cueva, gran parte de la carrera bolística de Ramón discurrió en la partida formada en la fábrica, donde compartió bolera con jugadores como Marquines Maza, Pacolín o José Bustillo, que fuera hasta el año pasado presidente de la peña de La Penilla. Precisamente uno de los pinches de aquel equipo era Miguel Cobo, que este curso ha tomado el relevo de Bustillo al frente del club.

Mejor manista que pulgarista, sus años bolísticos discurrieron en la bolera del bar Juanario, no lejos de donde actualmente se sitúa el corro de la localidad y donde acudía habitualmente para echar una mano especialmente a la hora de preparar la bolera, una tarea que hacía con esmero de cara al concurso de La Magdalena, al que acuden los principales ases.

Aunque los bolos fueran su vida, y como también hiciera su primo José Manuel, Ramón también fue un buen futbolista, llegando a militar en el Burgos durante el servicio militar. Posteriomente ya en Cantabria jugó varios años en una Tercera División diferente a la actual. Uno de sus equipos fue el de casa, el Cayón.

Casado con Mariló Salmón, vinculada a Camargo y al mundo bolístico, su hijo Iván siguió sus pasos y jugó durante varios años al deporte vernáculo con, entre otros, Jesús Salmón, que califica a Ramón Riancho «como un gran aficionado a los bolos».