El castreño que dedicó su vida a divulgar la práctica deportiva

Francisco 'Pachi' Torre Erquicia nació en 1929 y desde muy temprano dejó muestras de sus innatas cualidades para la competición. Aprendió sus entresijos junto a los impulsores del club Carbonero, a quienes pronto emuló y acabó dando el relevo para impulsar en 1945 como socio fundador el Club Atlético Castro.

Defendió la elástica local en multitud de campeonatos, lo que no le impidió compatibilizar el deporte rey con otras disciplinas como el fútbol, donde se alineó entre otros en el equipo del bar Avenida o el baloncesto, modalidad en la que vistió la camiseta del Nao Santa María.

Noticia Relacionada

El atletismo de Castro Urdiales pierde a su gran referente

Antes de cumplir los 30 años, Pachi Torre, un experto en el arte de suplir las carencias materiales con una sobredosis de pundonor, ya dominaba la faceta organizativa. De su mano vieron la luz multitud de torneos y pruebas atléticas que proyectaron el nombre de su pueblo natal por todo el país.

Poco a poco se escoró al ámbito formativo, un terreno en el que contribuyó a labrar un semillero interminable de fértiles carreras. Que con 40 años recién cumplidos recibiera la Medalla al Mérito Deportivo de manos de Juan Antonio Samaranch -quien llegó a presidir el Comité Olímpico Internacional- dice mucho y bueno de las cualidades deportivas y, sobre todo, humanas, de este cántabro inasequible al desaliento.

Para entonces ya tenía en el bolsillo el título de entrenador nacional de atletismo, lo que le abrió las puertas de la docencia en los institutos de esta villa marinera. Su figura se convirtió en parte indispensable del paisaje vital castreño. Y sus paisanos celebraron con regocijo la decisión de bautizar con su nombre el polideportivo recién inaugurado en 1998. El Pachi Torre rinde desde entonces homenaje a una figura que a sus 93 años deja una impresionante trayectoria como corresponde a las leyendas.