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ALFONSO SÁNCHEZ
Lunes, 13 de febrero 2023, 01:00
Don Teodoro amó mucho la tierra donde nació, Liébana, hace 94 años. Desde pequeño sintió la llamada de Dios a ser sacerdote y ya en su juventud ingresó en el Seminario de Palencia, pues entonces Liébana pertenecía a la diócesis vecina. Fue ordenado en el ... Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, en 1952, con 820 nuevos presbíteros. En mayo pasado cumplió los 70 años de sacerdocio. Siempre tuvo un amor apasionado a Jesucristo y a la Verdad. Fue párroco de San Salvador de Cantamuga y en Vallejo de Orbó, en Palencia, antes de ir a Roma a estudiar, donde se doctoró en Teología Dogmática y pudo asistir de oyente a algunas de las sesiones del Concilio Vaticano II. Amante de las tradiciones de Cantabria, llevó el juego de bolos hasta Roma.
A su vuelta a España, trabajó de capellán y profesor de la Universidad Laboral de Tarragona hasta su jubilación. Sus últimos treinta años de vida pudo volver a la tierra que le vio nacer, donde fue capellán del Colegio Torreanaz, párroco de San Miguel de Meruelo y atendió la residencia de ancianos Stella Maris hasta que su salud se lo permitió. Durante años fue también confesor en la iglesia del Cristo.
Apasionado de la naturaleza exuberante de su tierra y de sus frutos, apreciaba el orujo, el té de roca, la manzanilla silvestre, la cerezas y las canciones montañesas que cantaba con potente y afinada voz. Nunca faltaba a la romería de la Virgen de la Luz, 'la Santuca' y a la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz, en Santo Toribio. Siempre cultivó el amor a su extensa familia, sobreviviendo a todos sus hermanos y muy querido por sus sobrinos.
Desde hace más de cincuenta años pertenecía a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, donde procuró santificarse amando su trabajo pastoral. Tuvo una vida muy feliz, ayudando a los demás a encontrarse con Jesús y estando muy cerca de él. En su vida cumplió el lema del papa Benedicto XVI: Cooperador de la verdad. En primer lugar la verdad de Dios. Sabía mucho de todas las ramas de la Teología. Amante de la lengua española y de los maestros que la construyeron. Era muy rezador y constante en todas sus tradiciones. Acabó su vida acatando con mansedumbre y humildad la enfermedad que le mantuvo postrado los dos últimos años de su vida en la residencia Bien Aparecida de Santander.
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