El docente vocacional, curioso e inteligente que leía y caminaba

DANIEL GUERRA

Domingo, 9 de junio 2024, 02:00

Carlos Martín Medrano (Santander 1963), nació en un barrio santanderino que deja huella, marcado por el tipismo, como es Perines, el Perines de los setenta, en una familia numerosa de las de entonces, con sus cinco hermanos. Posiblemente esos niños, que alguna trastada harían, eran ... vigilados por una figura paterna con la autoridad que concedía su profesión, Don Francisco profesor de Lengua y Literatura del colegio Lasalle. Don Francisco y Doña Monserrat, sus padres, siempre estuvieron pendientes y luchando para que sus hijos tuvieran una vida plena y satisfactoria.

En aquellos años de cambios, tanto vivenciales como políticos, el joven Carlos, lector prematuro y ávido de conocimiento, termina sus estudios secundarios e inicia el camino que le conducirá a Oviedo, con alguno de sus compañeros del colegio, como su amigo Alfonso. Allí se convertirán en inseparables tras su etapa en de universitarios. En plenos años ochenta, cuando España era un hervidero de nuevas tendencias y posibilidades, Carlos conoce otras culturas, otras lecturas, y su pasión por el idioma inglés y su literatura le llevan a estudiar Filología.

El tiempo es inexorable y empujando con su corriente constante, después de Oviedo y Santander, Carlos Martín, se convertirá en docente; oposiciones para arriba, oposiciones para abajo, exámenes teóricos y prácticos que Carlos siempre aprobó. Su conocimiento era vastísimo, como quedaba de manifiesto en sus largas charlas con los amigos o con los alumnos, en su curiosidad y afán de descubrir, nuevas lecturas o nuevas músicas. Era un hombre diferente, con una fuerte personalidad, con una vocación y lealtad francamente admirable hacia sus amigos y alumnado, participando en todo lo relacionado con los centros en los que trabajó o fuera del recinto escolar charlando con aquellos que mostraban su interés hacia los temas que él dominaba y sobre todo en las salidas extraescolares.

Carlos trabajó en muchos centros de adultos y en diferentes IES, y es en los Centros de adultos, donde encontró su hábitat profesional. Reinosa le acogió durante muchos años, y Carlos 'el de inglés', como muchos le conocían, ya era un vecino más de Reinosa.

Nuestro amigo era amante de muchas cosas: la vida y los viajes, el campo y el monte, pasear, los libros y junto a ellos la música. Carlos será siempre recordado por ser el hombre que caminaba y leía. Aquí, en su Reinosa de adopción, como en la Alameda, Perines, la Calle Alta, Numancia y tantos otros lugares de Cantabria y de España, Carlos siempre paseará leyendo en nuestros recuerdos. Nunca olvidaremos su forma de ser, ni su humor, ni sus diatribas.

Carlos seguirá leyendo y caminando entre nosotros.

Daniel Guerra es director del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) de Reinosa