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Marisa Mostaza Martínez
Domingo, 17 de septiembre 2023, 07:41
A pesar de su fortaleza física, no pudo más y ocurrió lo que todos temíamos. Como médico de familia, José María fue durante muchos años Coordinador del Centro de Salud de la calle Vargas, en Santander. Con profesionalidad y su enorme simpatía, el equipo funcionó ... y contó con el cariño y respeto de los compañeros y compañeras. Como pediatra, los niños le querían y en los pésames recibidos comprobamos emocionados cómo, ya de adultos, le recuerdan por lo que hizo por ellos en su infancia y adolescencia.
José María también se implicó en acciones humanitarias y de cooperación internacional. Con la Asociación Cantabria por Bosnia, acudió a ese país con un grupo de cántabros, en misión de paz, para llevar material médico y quirúrgico donado por el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y el Sanatorio Doctor Madrazo. Volaron en un avión del Ejército, sentados en las rejillas laterales, igual que los soldados. Ya en Bosnia, fueron acompañados por miembros del Ejército Español descubriendo con orgullo cómo la población les quería y respetaba, lo que demostraba su buen hacer en el país recién acabada la guerra.
El director médico bosnio agradeció de corazón el material recibido, que sustituiría al del hospital derruido, muy en especial los ecógrafos. Para conseguir este material, José María y otros compañeros habían organizado en Santander un gran evento para recaudar fondos y poder comprarlos. El doctor, en agradecimiento por todo, le regaló un libro que había escrito, que le dedicó, y que José María conservó con orgullo.
Junto al Club Rotario de Santander, con el que trabajó en primera línea durante años, José María participó en obras humanitarias y culturales en Cantabria y en otros países. Recordaba con especial cariño y emoción el viaje a Bolivia, donde ampliaron y remodelaron una escuela en la zona de Lajas Tambo, cuyos recursos fueron donados por el Gobierno de Cantabria. También impulsaron una donación con destino a la construcción de la Unidad Educativa Cantabria y dos imprentas. Cofinanciaron, junto con el gobierno municipal de Sucre, la fabricación de 1.000 bancos escolares. En agradecimiento, la ciudad de Sucre le nombró Huésped Distinguido de la Ciudad juntos a sus compañeros rotarios por su aportación a la educación, la cultura y el desarrollo humano de la población escolar. Los niños y niñas les escribieron cartas de agradecimiento que José María aún conservaba.
En cuanto al ocio, le gustaba mucho viajar por Europa, Asia, América,... nunca se cansaba. Amaba la música, en especial la clásica. Siempre decía que le hubiese gustado ser director de orquesta. En las Navidades en familia, hizo de Papa Noel mientras la salud se lo permitió. Disfrutaba en las fiestas y en las reuniones familiares y con amigos que se organizaban para celebrar un cumpleaños, un aniversario o cualquier otro motivo. Las reuniones en la Casona se prolongaban durante horas, nadie tenía prisa.
Por último y no menos importante creó una gran familia que le adoraba: cuatro hijas, cuatro hijos políticos, once nietos, dos nietos políticos y dos bisnietos. Tuvo una vida plena y deja un recuerdo imborrable.
Ya te echamos de menos, te queremos mucho y nunca te olvidaremos.
Descansa en paz.
Viuda de José María Peña
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