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Tu suegra, «era la leche con ella», cuenta Ana Alonso que le decían cuando se casó con Ulises, el hijo de Celestina Lavín Cobo, 'Curra', ... la de Llanos de Penagos. Y es que Curra era el alma del bar-tienda que durante años regentó en el pueblo del municipio de Penagos y la fundadora de Piensos Ulises, una empresa que ella inició con un artesanal molino de gasoil hace seis décadas y que con el paso de los años se ha convertido en una moderna fábrica de piensos radicada en una parcela del Polígono de Orejo que gestiona su nieto.
Nacida en el barrio de Elsedo, en Pámanes, tras su matrimonio con Ulises García Cobo, Curra se trasladó a vivir a Llanos donde los padres de su marido tenían una tienda-bar en la que Curra empezó a trabajar. En un pequeño almacén situado al lado de la tienda había un molino de manivela a gasoil con el que ella comenzó a preparar los piensos que después se vendían en el establecimiento, dando así un nuevo servicio a la clientela. Ana recuerda que en aquel momento, hace unos sesenta años, se molían unos 30 o 40 sacos al día y la venta de estos productos «era un complemento para la economía familiar». Nada que ver esas cifras con las actuales, cuando un ganadero con una explotación de tamaño medio necesita unos 20.000 kilos de pienso cada quince días.
En aquellos años hasta la tienda de Llanos acudían los ganaderos que vivían en las cabañas y que bajaban al pueblo con sus burros cargados con las ollas de leche que depositaban en el punto de recogida. «De la que dejaban la leche iban a la tienda a comprar los productos de alimentación y los sacos de pienso para los animales», explica Ana. Recuerda que Curra, además de atender detrás de la barra del bar-tienda, se encargaba también de descargar a mano buena parte de los sacos de arenilla y salvao que llegaban. «Muchas personas preferían que les ayudase ella porque tenía mucha maña». Con la jubilación de Curra llegó el momento de cerrar la tienda-bar de Llanos aunque la familia continuo con el negocio de los piensos. A su hijo Ulises le gustaba el negocio y el trato con la gente y empezó a repartir los piensos por toda la región. «El molino fue creciendo y con su esfuerzo y el de su hijo Ulises se ha llegado a la fábrica que inauguramos hace dos años en el Polígono de Orejo y que ahora dirige su nieto», cuenta Ana.
Como recordaba estos días el alcalde de Penagos, Carlos Lavín, en la red social local 'Somos de Penagos', «siempre la recordaremos detrás del mostrador, con su risa y su don de gentes, rodeada de ultramarinos, botellas y los trofeos de Cotero».
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