Un enamorado del estudio del mar

Primero como oceanógrafo, fue posteriormente director del Centro de Santander entre 1968 y 1983 y desde 1986 a 2003, y Director General del Instituto Español de Oceanografía entre 1983 y 1986, dedicando todo su esfuerzo a profundizar en el conocimiento de las especies de interés pesquero. En los años ochenta, con motivo de la adhesión de España al entonces Mercado Común Europeo, y en fechas posteriores, tuvo un destacado papel como asesor científico en las negociaciones que se desarrollaron en Bruselas en relación con las pesquerías. Fue delegado español en el Consejo Internacional para la Exploración del Mar entre 1971 y 1998, siendo vicepresidente en dos ocasiones, presidente del Comité de Finanzas en otras dos y presidente y miembro de grupos de trabajo sobre la sardina y otros peces pelágicos, de las zonas sur y norte del Atlántico, de peces demersales y de mamíferos marinos.

A finales de los años 60 conoció a Chiqui, su mujer, que le acompañaría durante más de 55 años hasta su muerte, que fue el complemento perfecto a su intensa carrera profesional y quien le ayudó a superar los momentos difíciles que se presentaron a lo largo de su vida. De familia de tradición científica, fue un hombre de amplia cultura e intereses, apasionado lector, se desenvolvía con comodidad en inglés, francés, portugués y alemán. Era esencialmente un hombre bueno, familiar y de profundos valores, siempre interesado en actividades de tipo solidario. Participó de manera desinteresada como profesor en la entonces Filial del Barrio Pesquero, germen del actual Instituto de Bachillerato y de forma también desinteresada colaboró con entidades culturales, conservacionistas y filantrópicas de apoyo a inmigrantes, entre otras cosas como profesor de español. Durante muchos años fue miembro de la Junta Directiva del Ateneo de Santander, siendo vicepresidente de esta entidad y presidente de la sección de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales.

Fue personalidad montañesa del año 1984 y estaba en posesión de la Gran Cruz de Isabel la Católica y de la Orden de Mérito Civil. Su desaparición es sin duda una gran pérdida para Cantabria. Sus familiares y amigos siempre le recordaremos como una gran persona.

Antonio Cendrero es hermano del fallecido