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Manuel Goméz Luguera demostró durante sus últimos años de vida una fortaleza que nadie le habría imaginado porque contrastaba con el alto grado de sensibilidad que mostraba incluso ante las situaciones cotidianas. Lloraba hasta cuando perdía el Madrid o si su hija Mónica, de niña, ... tenía un dolor de muelas.
Puede que fuera para ella precisamente para quien Manuel sacara esa dureza, a pesar de enfrentarse a una cruda enfermedad que le diagnosticaron en 2021, por San Juan, el día de la fiesta de su pueblo, Oreña, donde nació, se casó y vivió toda su vida. Mónica era su alegría de vivir y el día en que no iba a verle, no faltaba su llamada de teléfono.
El día que Manuel acompañó a su hija hasta el altar fue uno de los que recordaba con más cariño y orgullo. Fue pocos meses después de haber sido diagnosticado de su enfermedad y hubo que cuadrar las fechas del tratamiento para ese momento. Pudo estar allí y estuvo feliz. Pasó un buen día.
Se acababa de jubilar después de haber estado prácticamente toda su vida laboral trabajando en la depuradora de Comillas, donde hacía turnos. Cuando salía a las dos de la tarde, se relajaba en su huerta o daba largos paseos. Los fines de semana, si era temporada de caza, no fallaba. Era su gran afición y llegó a ser presidente del Coto de Oreña. Gran aficionado al fútbol, no se perdía un partido del Real Madrid y pudo seguir el partido en el que su equipo ganó la decimoquinta Copa de Europa.
Antes de jubilarse, soñaba con que llegara ese momento, para disfrutar mucho de la vida. Tachaba cada día del calendario y siempre le decía a su esposa, Nieves, actual alcaldesa en funciones de Alfoz de Lloredo, que tenía que dejar la política y debían mudarse a Canarias o a Benidorm. Ella no sabe si tanto como dejarlo, pero sí que le habría gustado viajar por temporadas junto a él. Nacidos en el mismo pueblo, se conocían de siempre. Fueron juntos a la escuela y desde entonces, no se separaron.
Ahora a Nieves solo le queda desearle que vuele alto y está segura que desde arriba, seguirá guiándolas a ella y a su hija. Mientras, aquí, son arropadas por su familia y amigos que en estos difíciles momentos, han sido un apoyo fundamental, por lo que están muy agradecidas.
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