Obituarios | Pedro Dueñas

Un funcionario que se ganó el respeto de sus compañeros y superiores

Pedro Dueñas llegó a Santander en el año 1952 para incorporarse a la plaza de oficial que había obtenido por oposición, concretamente en la sección de Ejecutorias de la Audiencia Provincial situada primeramente en la Plaza de Atarazanas y, después, en la calle Alta, ocupando dicha plaza hasta 1993, año en que llegó a la edad de jubilación. En el ejercicio de su profesión Pedro gozó de un merecido reconocimiento entre sus superiores y los profesionales del Derecho por el buen desempeño de sus funciones. Durante más de veinte años colaboró en El Diario Montañés enviando notas de prensa sobre los señalamientos de juicios más importantes y las sentencias.

Persona de profundas convicciones religiosas, ordenada, bondadosa, humilde, educada, prudente, honesta y gran esposo y padre de familia. Contrajo nupcias con una palentina, Teodora Puebla, fallecida a los 45 años. Fruto de su matrimonio tuvieron tres hijos: Javier, sacerdote; Juan Carlos, licenciado en Filosofía e Historia y funcionario de Sanidad y Fernando, coronel del Ejército de Tierra. En la eucaristía celebrada el pasado lunes en la iglesia de San José Obrero de Tetuán y oficiada por su hijo, este dejó constancia de las grandes virtudes que atesoraba su padre. También lo testimoniaron así sus dos hermanos y las numerosas personas que abarrotaban el templo y quisieron dar el último adiós al buen amigo y convecino.

Como amigo y compañero aún tengo vivo el recuerdo de los veinte años en los que compartí con Pedro alegrías y tristezas en la primera planta del entonces Palacio de Justicia de la calle Alta. Fueron años en los que disfruté de momentos inolvidables y entre nosotros nació una fraternal y sincera amistad.

Compartimos con su familia su profunda pena.

Feliciano Vega fue amigo y compañero de Pedro Dueñas