El fútbol santanderino despide a uno de sus grandes impulsores

El que fuera presidente, tesorero, secretario y, sobre todo, un apasionado del Atlético Perines, cogió las riendas del equipo verdiblanco con un grupo de amigos de la famosa calle de Santander tras un par de años sin competir, dado que su padre, Celestino Rodríguez, quien fue árbitro de Primera División y lo había fundado en el año 1945, dejó el club por motivos personales.

Al frente de la empresa familiar dedicada a la comercialización de componentes mecánicos que fundó su padre, Rodríguez Fiochi desarrolló toda su vida laboral, una empresa que tiene en la actualidad más de 65 años de historia y está ubicada en el polígono La Esprilla (Igollo de Camargo).

Aunque su trabajo estaba en Santander y vivía en el Sardinero, los fines de semana se desplazaba hasta Matienzo, donde tenía su segunda residencia, pero siempre buscaba un hueco en su agenda para ver a sus equipos de fútbol base.

Y es que si por algo se caracterizaba José Antonio era por el compromiso que tuvo siempre con la entidad, con sus directivos, técnicos y con los jugadores así como por su dedicación, sus ganas de sacar el club adelante y de enseñar a hacerlo, todo siempre de la mejor forma posible.

Durante su mandato, el Atlético Perines alcanzó importantes éxitos disputando diferentes campeonatos nacionales de fútbol base en todas las categorías, donde llegó a destacar en una semifinal de Copa del Rey ante la Real Sociedad, en la categoría de División de Honor Juvenil.

El entrenador en aquella etapa era Alberto Boan, quien recuerda que José Antonio «era un señor». Todos los lunes, los directivos y entrenadores se reunían con el presidente en la cafetería Picos de Europa de Santander para hablar sobre el desarrollo del fin de semana futbolístico. «Era una persona a la que le gustaba estar al día pero era muy discreto», relata Boan. «Estoy seguro de que muchos jugadores que han pasado por el club no le conocieron», recalca. Y todo ello porque le gustaba disfrutar de sus equipos sentado en una esquina del campo.

Otra de las personas que pudieron conocer de cerca a Rodríguez Fiochi es el actual coordinador del Atlético Perines, Miguel Cuetos, quien durante muchos años trabajó con él codo con codo. «Era el alma mater del club. Hubo unos años que el club necesitaba dinero para poder competir, él lo puso, pero con discreción. Siempre fue de trabajar y callar».