Secciones
Servicios
Destacamos
ROCÍO GÓMEZ LÓPEZ Y ÁLVARO Y JUAN PABLO CUÉTARA GÓMEZ
Viernes, 23 de febrero 2024, 01:00
Hace unos días despedíamos con un hasta pronto a nuestro querido sacerdote, José Luis López Revuelta, Pepe Luis. Había nacido el 13 de noviembre de 1932 en el pequeño pueblo de San Román de Cayón, en dónde se vivía bastante bien de la ganadería con ... el apoyo del trabajo en la Nestlé. Pepe Luis fue un hijo muy querido, el cuarto de los seis que tuvieron Feli y Fidel. Sus padres y su familia extensa vivían una piedad pura, humilde y sincera. No pasaba una tarde sin reunirse la familia alrededor de la lumbre para rezar el santo rosario. Toda esta piedad que se mascaba en la casa y en el entorno fue lo que conmovió su corazón y muy pronto pidió a sus padres ir al Seminario de Monte Corbán.
Allí estuvo Pepe Luis desde los 13 años hasta finalizar los estudios. Su innata curiosidad no se vio mermada. Hablaba un perfecto francés, griego, latín y conocía muy bien el hebreo y el inglés. Pepe Luis fue un hombre inmensamente feliz en su servicio sacerdotal.
Ordenado presbítero el 14 de marzo de 1959, su primer destino fue la parroquia de Rasines, donde enseguida fue recibido por la familia Pereda Gutiérrez, que le acogió en su casa como un hijo más. ¡Cuánto bien hace al sacerdote vivir en familia; sentir el calor de un hogar, la buena conversación y el beso de una madre!.
Poco tiempo después se convirtió en profesor y secretario del Seminario de Corbán. Muchos fueron sus alumnos, sus lecciones y sus buenos consejos. Una sonrisa, una palabra amable y una sensación de calma y de paz te invadía siempre tras conversar con él porque era un gran conversador y compartía las anécdotas de su larga y ocupada vida. Como los viajes con sus amigos, José María Gutiérrez y Lorenzo Lisaso. Recuerda su querida sobrina cómo contaba el viaje en un 'dos caballos' que aquellos tres curas hicieron por Marruecos en los setenta.
Pero lo mejor de su ministerio estaba aún por llegar. Y fue el regalo de acompañar a los enfermos cuando fue designado capellán del Hospital Valdecilla, una tarea que desempeñó durante cincuenta años y medio. Hasta los 86 años, estuvo Pepe en Valdecilla. No pasó un día sin visitar y animar a sus paisanos cayoneses y de todos los valles limítrofes. Su porte elegante y su bata blanca, sin olvidarse de su alzacuellos y su cruz y su libro de oraciones en la mano. Era bien conocido por todo el hospital, respetado y muy querido.
Tantas anécdotas tenía para compartir... como aquella vez en que el director de Valdecilla, el doctor López Vélez, le llamó muy apurado: - «José Luis; ¿estás libre ahora?, - Sí; ¿por qué? - Porque el Rey (al que esperaban una hora más tarde) está bajando a toda pastilla de Potes, y llegará antes de tiempo. Así qué, le recibes en mi despacho y os fumáis un Ducados juntos, hasta que yo llegue». Así se pasó un buen rato conversando con un joven rey Juan Carlos.
Pero todas estas anécdotas y su vida tendrían muy poco sentido si Pepe Luis no hubiera desbordado sencillez y humildad, respeto y rectitud. Amor por los suyos y servicio por la comunidad. Orgullo de su familia y orgulloso él por los suyos. Vivió una vida en plenitud, conoció casi toda Europa y parte de África.
Querido Pepe Luis, nos dejas un gran vacío. Siempre vamos a echar de menos tu sonrisa, tu compañía y tus canciones.
Te queremos Pepe.
(Rocío Gómez y Álvaro y Juan Pablo Cuétara Gómez son familiares de José Luis López).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.