Un hombre familiar volcado en la carrera bolística de su nieto

Fue en 1991 cuando Berto consiguió el traslado a Santander, hasta que se prejubiló en 2010 por problemas de corazón. Su hija Sandra contrajo matrimonio en 2007 con Carlos García, jugador de bolo palma, y tuvieron dos hijos, David, el niño de sus ojos y al que pasó pegado los últimos 10 años de su vida, y Lucía, de la que su abuelo siempre decía que es muy inteligente y muy madura. Su hija Ainhoa se casó en 2023 con Pablo Mantilla, y tuvieron un hijo, Leo, del que su abuelo decía que es un niño muy sonriente y que trajo mucha felicidad a la familia.

Fruto de la entrada de Carlos en la familia, Berto retomó su afición por los bolos y empezó a acompañar a su yerno por todas las boleras. Tras recalar éste en Puertas Roper en 2011, comenzó una relación de amistad con Gerardo Castanedo, presidente de la entidad, y directivos como Lipe o Tinín. Cuando Carlos abandonó la peña Bertó siguió apegado a ella fruto de esa relación con la directiva, en la que entró en el 2015 y a la que siguió ligado hasta el final. Momentos de triunfo, de cenas y amistad que dejaron una profunda huella no sólo en Berto, sino sobre todo en el seno de la entidad y en los aficionados.

Si ha algo ha marcado la vida de Berto fue su nieto David, también jugador de bolos, y con el que se volcó a nivel deportivo y personal, como si fuera el hijo varón que nunca tuvo. Berto, era y es, una persona familiar, una persona íntegra, de gran corazón, de las que sabes que nunca te va a fallar, que le faltaba tiempo para ayudar al que se lo pidiera. De esas personas difíciles de encontrar.

Querido Berto, allá donde estés sigue siendo igual, no cambies nunca y sigue velando por toda la gente que te quiere, que somos muchísimos.

*Carlos García es yerno de Luis Alberto Gómez San Emeterio y jugador de bolos.