Un hombre leal, entregado al deporte y sus valores

Entregado al deporte y a los valores que representa, Manuel deja tras de sí una impronta difícil de olvidar para quienes lo conocieron, ya que fue fiel acompañante en todos los momentos que la Federación Cántabra le requirió, que fueron muchos. A la entidad llegó en 1978, y a lo largo de los años se convirtió en la gran referencia de este deporte en la región. Él fue el perfecto ejemplo del poco interés por presidir la federación de un deporte minoritario, ya que «nunca ha habido más candidatos que yo», llegó a comentar en las páginas de este periódico.

En estos casi diez lustros, Manuel vio evolucionar su deporte desde los tres clubes y 600 licencias con los que se inició su mandato hasta los más de 17 y más de 1.700 que hay ahora en Cantabria. Comprometido con el judo, se preocupaba de cuidar de manera especial la cantera cántabra y era habitual verlo en los campeonatos y torneos, acompañando a los más jóvenes en las concentraciones y ejerciendo de representante de la Federación Cántabra en las citas nacionales, incluso después de ser nombrado vicepresidente de la Española. Un nombramiento que tuvo lugar hace siete años, el mismo año que otro cántabro, Manuel Merino Vélez, que formaba parte de la directiva de la Cántabra como vicepresidente, también fue nombrado miembro de la Comisión Antidoping y Disciplina.

Conocido por su trato cercano y alegre con todos, Manuel vivió entregado a todo aquello que amaba, entre ello el deporte. Ayudó a consolidar la cultura del judo en Cantabria y también en el resto de España y deja un importante legado para las generaciones venideras. «Siempre le recordaremos por su dedicación a la Federación y a nuestros deportes, por su lealtad. Con Manuel Domingo se marcha una magnífica persona que permanecerá en la memoria de todos nosotros», señalaba la Federación Española de Judo en su página web tras conocerse la noticia de su fallecimiento.

El funeral de Manuel Muñiz se celebró ayer en la iglesia parroquial de San Roque, en El Sardinero, donde familiares y amigos se reunieron para darle un último adiós. Además, fueron numerosos los mensajes de pésame que se sucedieron a través de las redes sociales el mismo sábado, muestra del gran cariño que Manuel se había granjeado entre quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo. «Amigo bondadoso y leal compañero, nos deja una lección vital que será ejemplo ahora y siempre. Descansa en paz amigo, compañero, presidente», señalaba la Federación Cántabra de Judo, en un sentido mensaje. También la Federación asturiana quiso dedicarle una palabras a su recuerdo. «Se va un hombre bueno, sincero, cariñoso, amigo de sus amigos y enamorado de nuestro deporte. Manolo Muñiz deja un recuerdo imborrable y un hueco difícil de cubrir».