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Aitor Alexandre
Domingo, 9 de abril 2023, 02:00
Adrián nació en el seno de una familia multicultural. De padre cántabro y madre inglesa, hizo su vida en la localidad de Soto de la Marina.
Nos dejó demasiado pronto. Su llama se apagó en la tarde del 3 de abril con 46 años, en ... Dublín, donde se sitúa la sede de la ONG en la que trabajaba.
Bisnieto de Orestes Cendrero Curiel (1887-1946), que fuera catedrático de Historia Natural y Fisiología e Higiene, entre otros centros, en el Instituto Provincial de Santander, siempre estuvo apegado al mundo de la cultura, sobre todo, en lo relativo a la música. Y es que Adrián fue una persona muy conocida y querida en el ambiente musical alternativo santanderino.
Viniendo de una familia heredera de un amplio legado cultural y con una sana mezcla de culturas, no era de extrañar que fuese un tipo de mente abierta y cuya vida terminó girando en torno a la cooperación humanitaria. Visitó y trabajó en multitud de países del tercer mundo, siempre ayudando a quien más lo necesitaba. Primero en 'Oxfam', luego en 'Médicos del Mundo', después en 'Acción contra el Hambre' y, hasta su fallecimiento, en 'Concern Worlwide'.
Además, tenía dos pasiones futbolísticas: por un lado, su Leeds United y, por otro, el Racing. Era directivo de la peña 'Concanos' y lo había sido durante muchos años de otra peña, la 'Vindio-Sotileza' de Madrid, donde residió durante bastante tiempo. Era su conexión con Santander y con Cantabria.
Podía pasar meses perdido en una remota aldea africana que, en cuanto podía, lo primero que hacía era intentar ponerse al día respecto a lo que ocurría con el Racing.
Una gripe le privó de viajar con el equipo a Burgos pero no de coger un avión el domingo a Dublín y allí, feneció sorpresivamente y dejó sumidos en la tristeza a padres, hermana y sobrinos, así como a la ingente cantidad de amistades que tenía por todo el mundo.
Ayer, durante el encuentro que disputaron Racing y Albacete, su gente le brindó un emotivo homenaje y una despedida digna de lo que fue para sus amigos.
Adrián era una gran persona. En estos tiempos, por desgracia, no abundan. El mundo es un lugar peor sin él.
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