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Marisol Benito
Viernes, 11 de agosto 2023, 02:00
Pepe Ortiz, nuestro profesor de Griego del antiguo Instituto del Barrio Pesquero, acaba de morir. Todavía no nos lo podemos creer, porque hemos celebrado una comida no hace ni un mes y allí estaba él, con su inseparable Ana Sallaberry, nuestra profesora de Francés. Ambos, ... como siempre, sonrientes, un poco irónicos, pero encantados con 'la marcha' de los antiguos alumnos del grupo de Whatsapp que lleva por nombre el año del nacimiento de casi todos ellos: 'Ruta 67'.
Cuando Alberto Pico, inolvidable párroco del Barrio Pesquero y profesor de Religión, se jubiló, en junio de 1997, Paco Cagigas (profesor de Educación Física) organizó una cena-despedida multitudinaria, a la que asistieron antiguos alumnos y profesores del primitivo Instituto del Barrio Pesquero, también los profesores que se habían ido, años atrás, al Instituto Las Llamas, tras permanecer en el Pesquero mucho tiempo, y todos los que estábamos en ese momento destinados allí.
Tengo grabado lo que se dijo en esa cena y recuerdo perfectamente cómo Alberto y Tomás López nos hicieron reflexionar sobre lo verdaderamente importante de la vida: la entrega a los demás o, por lo menos, a una causa justa, a un proyecto de vida. Alberto se refirió, en especial, a Tomás y a Pepe porque –dijo– «son de la misma cepa»: los dos empezaron a trabajar a los nueve años, Tomás, en el aeropuerto, vendiendo bocadillos, y Pepe, en el túnel de la Engaña, que se estaba construyendo entonces… Hombres construidos 'golpe a golpe', sin desfallecer nunca, o casi nunca. Y por eso han sido y son tan queridos por sus antiguos alumnos y por sus compañeros.
Tomás no ha tenido hoy fuerza para escribir esta nota de despedida a Pepe. Me ha encargado que lo haga yo y por eso estoy intentando reflejar al profesor de Griego de tantas generaciones, pero, sobre todo, al hombre que conocimos y quisimos.
Cien por cien pasiego –de la Vega de Pas–, con su retranca y su bonhomía y con una gran baza a su favor: Ana, siempre a su lado, pendiente de él (en especial en los últimos tiempos).
Ahora nos preocupa ella, pero que sepa que nos tendrá (a profesores y a antiguos alumnos) como una piña, rodeándola con nuestro cariño y recordando al gran hombre, prudente y discreto, que fue siempre Pepe.
Adiós, amigo.
Marisol Benito, profesora jubilada del IES Alberto Pico
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