La ilusión por el trabajo bien hecho y el aprendizaje continuo

Te has ido de nuestras vidas con gran sorpresa incluso para los más cercanos, sin que nos diéramos cuenta de que quizás estabas escapándote de este mundo que, en ocasiones, no te ha tratado como te merecías.

Te conocí cuando viniste a hacer la residencia al Hospital. Entonces, yo era tutora de residentes, pronto nos hicimos amigas y nuestra pasión por la Anestesiología nos hizo aliadas para demostrar hasta qué punto los cuidados proporcionados por los anestesiólogos eran importantes en el entorno quirúrgico.

Después de unos años de estancia en la Clínica Universitaria de Navarra, en Pamplona, su especialización en el abordaje y tratamiento del dolor crónico determinaron su vuelta al Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Su ilusión por el trabajo bien hecho, el aprendizaje continuo y su vocación de servicio la hacían adecuada para trabajar en la puesta en marcha de algunos escenarios anestésicos. Su ejemplar capacidad de trabajo en equipo ha servido de inspiración a las personas con las que trabajó hasta que su salud se lo permitió.

Es momento para el recuerdo de otro gran compañero recientemente fallecido, Manuel Trugeda Revuelta, de gran valía personal y profesional, que junto a otros anestesiólogos del Servicio contribuyó a la puesta en marcha de la Sección de Anestesiología en Cirugía Cardiovascular en nuestro Hospital.

Por último Isabel decirte, que no te olvidamos y espero que allí donde estés sigas siendo un referente y una aliada para todos los que te hemos querido en esta vida.

Permanecerás en nuestros recuerdos y seguirás formando parte de nuestras vidas. Ha sido un privilegio haber contado con tu buen hacer y, en mi caso, con tu amistad.