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La que fuera considerada, como sus hermanas, una de las mujeres más bellas de Torrelavega -y con mejor voz y talento musical-, María Teresa Calleja Díaz, viuda del gran compositor Nobel Sámano, ha fallecido en Torrelavega a los 85 años de edad, dejando tras de sí una estela de bonhomía y admiración a todos aquellos que la conocieron.
Como sus ocho hermanos, María Teresa nació en el edificio familiar de la castiza calle San José de Torrelavega donde su padre, Demetrio, había fundado una larga y abigarrada familia. Siendo muy joven realizó los estudios de Mercantil en la Cámara de Comercio y conoció a quién tiempo después sería su esposo, Nobel Sámano, insigne compositor y músico cántabro. Nobel enseguida 'fichó' a María Teresa, atraído por su belleza, su simpatía y por una voz y un notable talento musical. No en vano, toda la familia Calleja era melómana de afición y tradición interpretativa.
Cuando Nobel regresó de Europa, a donde había ido como pianista, primero sin medios, y tiempo después tras haber triunfado en su carrera, y con posibles, ambos se instalaron en Madrid, donde se casaron, y donde nació su único hijo Novel (su padre prefirió poner la 'b' a su nombre), compositor, como su progenitor.
Aunque la música clásica fue su vida, Nobel, viendo que su mujer estaba bien dotada para la interpretación de boleros, decidieron formar el grupo 'Los Limeños', junto a dos hermanos de su marido. La iniciativa obtuvo un gran éxito, al tiempo que se dedicaban a la música clásica y la composición. Siendo Julio Ruiz de Salazar alcalde de Torrelavega, en los años setenta, le llamó para hacerse cargo de la Escuela Municipal de Música, por lo que la familia regresó a su querida tierra natal. Tanto María Teresa como su sus hermanos, y antes, el padre, se integraron en la Sociedad Coral de Torrelavega.
Formaron un matrimonio perfecto y la implicación musical de María Teresa fue tal que bien puede decirse que detrás de la ingente obra de Sámano, siempre estaba su esposa, como crítica y asesora.
Pero el dúo perfecto que construyeron juntos comenzó a deteriorarse con una larga enfermedad que afectó al recordado compositor cántabro, al que María Teresa siguió entregando su vida ya como cuidadora, lo que le llevó a perder a ella misma la salud. Buenas personas como son los Calleja, se han reunido en el cielo al son de la música. Ahora Nati, su hermana, con su voz, sigue recordándoles entre nosotros.
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