El jurista dialogante y moderado que siempre supo escuchar

Padre y abuelo entrañable, Julio Bartolomé ejerció su profesión de abogado en distintos ámbitos, ya particular o empresarial, de nuestra ciudad.

La circunstancia de que su abuelo paterno y su padre, Julio Bartolomé Lanuza, fuesen fundadores de la Mutua Montañesa de Seguros e igualmente de Mutua Patronal de Accidentes de Trabajo en el primer tercio del siglo pasado, vinculó a Julio Bartolomé al termino de su licenciatura a este quehacer.

Ya en 1972 esta mutualidad, con la incorporación en su área laboral del Centro de Higiene y Seguridad del Trabajo en el magnífico centro sanitario de Bellavista, en la carretera del Faro, propició que Mutua Montañesa extendiese su nombre por todo el país. Y hoy continua como referente en su materia.

En los distintos ambientes donde trabajó como jurista, ya fuese en Nueva Montaña Quijano o en la Asamblea Regional de Cantabria, en su Comisión Económica, pueden corroborar su sencillez personal y su buen hacer.

Buen conocedor del tema histórico de la política española, participó asesorando al Partido Popular siempre con ponderación y prudencia.

Tertuliano y buen amigo de cuantos se acercaron a él, Julio Bartolomé siempre dejaba de manifiesto su moderación en el diálogo y el saber escuchar, aunque fuesen ideas contrarias a la suya, y el conocimiento de causa con que fundamentaba su criterio.

Fueron su familia, su profesión, los deportes que practicó, ya fuesen náuticos o el golf, junto al cuidado, como buen jardinero de sus árboles y plantas en la finca trasmerana de Suesa, los que llenaron su vida.

Descansa en paz querido amigo, te decimos con pena cuantos te conocimos.

Francisco Vázquez de Quevedo es miembro de la Real Academia Nacional de Medicina