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El pasado lunes fallecia Bonifacio Obregón García, 'Moreno' para sus innumerables amigos, a los 91 años de edad. La localidad de La Cueva, en Castañeda, ... le vio nacer un 26 de agosto de 1931 y allí estuvo hasta que una chica de nombre Antonia (su esposa, fallecida el pasado mes de junio), se lo llevó a Argomilla (Santa María de Cayón) donde nacieron sus cuatro hijos: José Antonio, María del Carmen, Luis Alberto y Carlos.
Moreno siempre fue un hombre ligado al fútbol pero sobre todo a su Cayón del alma, aunque en sus comienzos estuvo cedido al Ayrón de Vargas durante un año, para después vestir la camisola aurinegra durante diez temporadas en dos terrenos de juego que ya no existen: Los Rosales y Bellavista, donde este bravo jugador ganó y cayó, pero con el orgullo de luchar por unos colores a los que siempre fue fiel. Eran escenarios, donde el barro y el césped se mezclaban.
Según ha relatado Moreno en infinidad de ocasiones, uno de los momentos más importantes de su carrera como futbolista tuvo lugar en 1956. Aquel año fue el primer encuentro que el Cayón disputaba fuera de la región contra el Indautxu. Un emocionante partido de vuelta que correspondía a la Copa de Aficionados y en el que perdieron 2-0 en Bilbao, tras conseguir empatar (1-1) en Sarón. Aquel fue sin duda uno de los acontecimientos deportivos más recordados en el valle, ya que los aficionados aurinegros vieron jugar a Telmo Zarra y a varios jugadores del conjunto vasco que posteriormente llegaron a Primera División.
Al concluir la temporada 1962-1963, el Cayón preparó un homenaje para despedir a dos de sus leyendas, Moreno y Enrique. Coincidiendo con las fiestas de Sarón, el 7 de julio de 1963, el Racing visitaba al Cayón y ambos jugadores eran despedidos con honores.
Ese día, los dos compañeros y amigos recibieron las primeras insignias de oro que entregaba el Cayón en reconocimiento a su trayectoria en el equipo.
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