
Pedro Cagigas Huarte | Director financiero
Luchador en mayúsculas y la roca a la que aferrarseSecciones
Servicios
Destacamos
Pedro Cagigas Huarte | Director financiero
Luchador en mayúsculas y la roca a la que aferrarsePedro Cagigas Huarte destacó por ser un luchador en mayúsculas, además de un hombre familiar y trabajador. Natural de Boo, creció muy unido a sus ... hermanos, para los que fue además un padre. Era el mayor de los cuatro y debido a la muerte de su progenitor tuvo que asumir desde muy joven muchas responsabilidades para poder sacar adelante a su familia y ayudar a su madre. Por eso se convirtió en la roca en la que aferrarse. Hizo de su casa su campamento base. Para lo bueno y para lo malo siempre estaba pendiente de ellos.
En ese camino no estuvo solo. Tuvo a su lado a Emilia Santamaría, Milu, su esposa y compañera en la vida. Él, de Boo, y ella, de Maliaño, se conocieron en un baile a los 14 años y desde ese momento estuvieron siempre juntos. Fruto de ese amor nacieron sus hijos, Eloy y Rubén, que destacan de su figura paterna «lo buen hermano y padre que fue y lo importante que era la familia para él». «Primero ellos y después él. Ese era su leitmotiv», recuerdan. Hacía suyos los problemas de los demás y su mayor preocupación es que todos estuvieran bien y unidos.
Tenía tal compromiso hacia su familia que le costaba mucho desconectar de sus obligaciones y cuando lo hacía era gracias a Chisco. Su «otra novia» como le gustaba decir. Eran el yin y el yang. Muy diferentes entre sí pero a la vez se complementaban a la perfección. Gracias a él, Pedro disfrutó de la vida. A ambos les encantaba el mar y siempre que podían iban a navegar y, si no era eso, a tomar un blanco. Fueron muy buenos amigos.
Pedro fue una persona que disfrutaba con las cosas sencillas de la vida. Para él un domingo por Noja o un día de ruta por el monte con un buen bocadillo era más que suficiente. No existía mejor plan que una buena comida rodeado de su familia. Hacía las mejores paellas y cuando en la mesa tocaba hablar de política, ganaba todos los debates. Nunca le faltaban argumentos. Luchador y optimista por naturaleza, tuvo ganas de vivir hasta el final y nunca perdió la esperanza. Su familia nunca olvidará lo feliz que estaba en su último cumpleaños hace un mes, sentado en la camilla, con su tarta favorita de bollos suizos y crema de manzana, mientras animaba a todos como si nada. Siempre se le dio bien hacer que se sintieran tranquilos.
Pese a todo y aunque aún le quedaban muchas cosas por hacer, se fue en paz sabiendo que dejaba bien a su familia. Estaba muy orgulloso de lo que había conseguido y tranquilo por tener la certeza de que aunque ya no esté, siempre estarán unidos. Ese fue su último deseo.
Este obituario está realizado con la colaboración de Emilia Santamaría y de Eloy y Rubén Cagigas Santamaría, esposa e hijos de Pedro, respectivamente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.