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De Miguel González dicen sus alumnos que «siempre tuvo enorme paciencia y buen carácter, nunca le ví enfadado o malhumorado». Recuerdan también que en sus ... clases, en los trabajos que hacían en su taller de la calle Alta de Santander, «su manera de hacer era dejar que tu mismo encontraras las soluciones pues aquello que hacías siempre estaba bien; tú lo habías conseguido o no y tu tenias que hacer tu propia crítica».
Nacido en Guernica (Vizcaya) en 1936, creador autodidacta, Miguel González reivindicó la cerámica como «una filosofía de vida, una manera táctil de relacionarse con el entorno y con las otras personas, una forma de expresión vinculada al conocimiento de la cultura popular». Buena prueba de esta manera de entender la cerámica da el numeroso grupo de aficionados a este arte que se reunía en su taller cada semana para, como señala uno de ellos, «intercambiar ideas y opiniones, fórmulas o maneras de colocar las manos para que la pieza creciera mejor en el torno». Era de esta manera, dejando hacer y siguiendo de cerca y de lejos al mismo tiempo el trabajo de los alumnos, como Miguel se convirtió en «maestro» de una legión de estudiantes del arte de la cerámica, algunos de los cuales recuerdan que han sido «casi cincuenta años de acudir a sus clases».
Con el paso del tiempo, el taller de la calle Alta se convirtió en algo más que una simple academia. Era el lugar en el que alumnos y profesor celebraban éxitos y cumpleaños, Navidades. .. y todo aquello que merecía la pena celebrar con amigos.
Los asiduos recuerdan con especial cariño las jornadas de Raku (técnica de alfarería japonesa) en primavera, unos días que se convertían en «una gran romería campestre llena de sorpresas, con las piezas que se cocían en aquel horno y que descubríamos cuando se fregaban en aquel caldero».
Hace algunos años, el que fuera Cronista Oficial de Santander, Benito Madariaga, destacaba en el prólogo de presentación de una exposición de la obra de Miguel «su personalidad humilde, simpática y de auténtico maestro», unos rasgos que, como dan testimonio quienes le conocieron, acompañaron al artista a lo largo de toda su vida.
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