Una mujer que vivió siempre por y para los demás cada instante

Una buena muestra de lo que escribo en estas líneas, fue comprobar los numerosos pésames recibidos por la familia y la presencia de más de 600 personas, entre familiares, amigos y vecinos, que asistieron a la despedida en la parroquia de su barrio, de su casa en el Primero de Mayo, en Peñacastillo, el hogar donde cuidaba a toda la familia siempre con una gran sonrisa y con palabras emocionantes, llenas de cariño, paciencia infinita, bondad y sabiduría.

En estas líneas no deseadas de escribir sobre Pilar, salvo por el expreso deseo de su hijo José. Al preguntarle por Pilar, me decía «que a sus ochenta años se encontraba estupendamente». Y, por desgracia, un dolor repentino que apareció hace dos meses fue el aviso inequívoco y detonante de una rápida y fulminante enfermedad.

Pilar García cursó sus estudios en el colegio Compañía de María, La Enseñanza, en Santander. Una vez finalizada su formación, y tras unos años de noviazgo, contrajo matrimonio, hace ahora casi 60 años, con Antonio Campos, conocido y apreciado artista plástico, gran deportista, que ha venido desarrollando una trayectoria impecable en lo familiar. En su vertiente artística, la pintura de Antonio ha oscilado entre la abstracción y la leve figuración, plasmadas ambas en unas obras en las que siempre asoman nuevos rumbos de estilo y composición, siempre ajenos a encasillamientos en pequeños y grandes formatos.

Fruto de este matrimonio nacieron sus dos hijas, Blanca y Belén, y su hijo, José Campos, empresario, cofundador del Club de Tenis y Pádel Monteverde y propietario de Galería Culturas. José me transmitió que deseaba dar las gracias a las personas que han cuidado y mimado a su madre en estos sus últimos días.

«A partir de ahora, Lela (como llamaban a Pilar sus nietos, que escriben estas lineas finales) deja de vivir en Peñacastillo, para vivir en cada uno de nosotros. Allá donde estemos. Para acompañarnos, cuidarnos y alumbrar nuestras vidas, con el recuerdo de su deslumbrante sonrisa. Muchas gracias Lela por la familia que has formado, los valores que nos has inculcado y el amor que nos has dado. Has sido un ejemplo para todos y recogemos felices el testigo que nos dejas».

Descansa en paz, y un abrazo para la familia en estos momentos de tanta tristeza y desasosiego.

Pedro López es amigo de la familia