![El párroco trasmerano que siempre estaba dispuesto a escuchar y mostrar el camino](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/06/24/84981527-kRCF--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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PEDRO MIGUEL RODRÍGUEZ
Domingo, 25 de junio 2023, 02:00
Con 55 años, he aprendido a sacar sabor a cosas de la vida que antes pasaban desapercibidas para mí. Entre otras, me gusta pararme a ... reflexionar sobre las personas que a lo largo de estos once lustros me han ido enseñando, sin buscarlo ellos, el camino para llegar al fin de plenitud que todos deseamos.
Una de estas personas era don Jesús Pérez Bayas, que inició su labor sacerdotal en el valle de Liébana, donde estuvo seis años, para luego ser destinado, en 1966, a la Junta de Voto: a San Pantaleón y San Miguel de Aras, donde permaneció hasta su jubilación. Cuando nací el llevaba ya en estos pueblos dos años, por lo que mi memoria de su persona en esa bella comarca de nuestra geografía en la que se encuentran mis orígenes maternos, es totalmente imborrable.
Cuando llegaba el fin de semana y la familia nos íbamos a pasar unos días de descanso en la casa del pueblo, esperaba con ganas cada domingo la llegada de don Jesús, (con su SEAT Ibiza rojo), a la ermita de San Roque de Llueva, donde celebraba la misa a primera hora de la mañana. Me gustaba ayudarle como monaguillo, sobre todo por su carácter afable y bondadoso. Además, su tono de voz suave, siempre infundía una paz que me ayudaba a entrar en el misterio que celebrábamos. Siempre le recordaré como una persona educada, agradable, permanentemente dispuesto a escuchar, atento a las peticiones que se le hacían: obras, celebraciones, etc... pero, sobre todo, siempre con la sonrisa en sus labios.
Recuerdo una alegría que le di, cuando el 19 junio de 1994 fui a celebrar mi primera misa en dicha ermita con todos los parientes y le comenté que el primer pueblo donde el Obispo me envió a celebrar la misa por ausencia del párroco era en su pueblo natal: Pontejos. «Dios quiera que te puedan destinar allí», me comentó emocionado.
Pienso que la bondad de las personas de esa comarca trasmerana y sus rostros siempre sonrientes tienen mucho que ver con quien fue su pastor durante 50 años. Dios quiera que nunca perdamos la sonrisa, signo de que nuestro Padre está siempre con nosotros.
Don Jesús, falleciste en Laredo el 20 de junio, descansa en la Paz de Dios, en el que creías y a quien nos enseñaste a amar.
Pedro Miguel Rodríguez es sacerdote
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