Secciones
Servicios
Destacamos
La pasada semana conocimos el fallecimiento de Francisco Rosales Cuadra, abogado cuya actividad profesional se desarrolló en la jurisdicción social, donde era especialmente apreciado por sus compañeros, magistrados, Letrados de la Administración de Justicia (LAJ) y funcionarios que desempeñan su labor en los juzgados.
De ... su trayectoria profesional cabe destacar su llegada a Santander, procedente de Málaga, a finales de los años setenta, y sus inicios en la defensa de los trabajadores afiliados al sindicato USO. Sin solución de continuidad, comenzó a prestar asesoramiento y defensa ante los tribunales a la mayoría de médicos de la sanidad pública, a través del Sindicato Médico.
Con los años, consolidó un despacho de referencia en Cantabria, con un gran equipo de profesionales que ampliaron su actividad a otras disciplinas del derecho. En este despacho, además, ya se integran sus hijos, Javier y Carlos, junto con el apoyo de su hija Mamen.
Paco, como todos le conocíamos, fue un magnífico abogado, uno de los mejores en derecho laboral. Siempre partidario del acuerdo antes que del juicio—labor que desempeñó durante muchos años como mediador en la Fundación Orecla—reunió todas las cualidades que debe tener un profesional del Derecho.
Fue leal con sus compañeros, a quienes prestaba apoyo y auxilio en situaciones comprometidas; colaborador con la administración de justicia, como reconocen todos los jueces, magistrados, LAJ y funcionarios con los que trabajó; y un fiel cumplidor de la misión de defensa que le encomendaban sus clientes, muchos de los cuales terminaban convirtiéndose en amigos por el trato que les dispensaba.
Paco Rosales, junto con Juan Cortés y algunos otros compañeros, fue responsable del ambiente de amistad y compañerismo que se vive en la jurisdicción social entre abogados, magistrados, LAJ y funcionarios. También impulsó las celebraciones que, coincidiendo con la Navidad o el verano, se convocan desde hace aproximadamente cuarenta años.
Hace unos tres meses, tuve la oportunidad de disfrutar de una comida con Paco, en la que recordamos multitud de anécdotas, tanto profesionales como personales, que compartimos a lo largo de los años. Justamente cuando se inició su enfermedad, estábamos planeando otro encuentro, ahora frustrado. De esa última comida, conservo un recuerdo especial de su amistad, de la cual siempre me sentiré orgulloso.
Hace unos años, fue reconocido, junto con otros compañeros de su generación, en un homenaje cargado de cariño que organizamos. En ese evento, al que asistieron todos sus colegas de la jurisdicción social, además de magistrados y LAJ, se puso de manifiesto el afecto y respeto que le profesaban.
Pero, por encima de todo ello, destaca la persona: el amigo, el marido y el padre. Sus cualidades humanas superan ampliamente sus valores profesionales, como quedó demostrado con todos los que ayer se acercaron al tanatorio para darle el último adiós. También lo pude constatar en los pasillos del juzgado, en conversaciones con compañeros y magistrados, quienes expresaban su tristeza por la pérdida y resaltaban los valores que Paco siempre representó.
Al margen de su prestigio profesional, Paco sobresalía por su calidad humana, demostrada durante tantos años de ejercicio. Tuvo que apartarse de su carrera para dedicarse al cuidado de su esposa Mamen, dando una lección vital de amor que deja como legado a sus hijos y a todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo.
Descanse en paz.
Decano del ilustre Colegio de Abogados de Cantabria
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.