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José María González Mazorra
Viernes, 14 de marzo 2025, 01:00
El balonmano cántabro y alicantino está de luto tras el reciente fallecimiento a la edad de 65 años de Eugenio González Mazorra, una de las ... referencias de exitosos clubes en este deporte durante las décadas de 1970 y 1980. Mazorra, nacido en Santander, llegó a Alicante procedente del Salesianos cántabro junto a otro gran nombre del balonmano nacional e internacional, Juan Muñoz Melo, para jugar en el Calpisa cuando apenas habían cumplido la mayoría de edad y únicamente eran promesas de este deporte.
Ya asentado en el club alicantino consiguió un notable palmarés de títulos, entre ellos ligas españolas y Copas del Rey, siendo la Recopa de Europa de 1980 la joya de la corona de aquella generación, en la que compartió pista y vestuario con otros grandes jugadores, todos ellos a las órdenes de Pitiu Rochel.
Después de estos brillantes años en la capital de la provincia, Mazorra se marchó al Elda CEE, donde militó durante cinco temporadas (1984 a 1989) con el patrocinio de Kurboys, entre otros.
Destacó como central y como extremo, siendo un gran hombre de club, muy luchador, un jugador muy valiente que practicaba un balonmano muy aguerrido, siempre con su dorsal número 8, el mismo que ha llevado también su hermano Juan Carlos, jugador del legendario Teka santanderino.
Mazorra siempre fue un diez como persona, que hasta sus últimos días estuvo preocupado por el balonmano de su provincia natal cántabra y la adoptada alicantina.
El rápido funeral y sepelio por la muerte de Eugenio, tuvo lugar a las 9.15 de la mañana al día siguiente de su fallecimiento en la capilla del Hospital San Juan de Alicante, donde familiares, algunos excompañeros, personalidades del balonmano y la representación del grupo de verdaderos amigos que, aunque no pudieran acudir todos debido a las muy prontas celebraciones y motivos laborales, dieron su último adiós a uno de los referentes mejores años del balonmano español.
En su memoria se celebró el pasado sábado, día 8, a las ocho de la tarde, -igual que su dorsal deportivo- una bonita misa recuerdo en su querido y siempre recordado colegio Salesianos de Santander, donde fue ilustrado y donde 'El Agus' le pulió como jugador, y a la que acudieron todos los familiares que no tuvieron tiempo para despedirse en Alicante y poder acompañar a Oxana, el gran cariño y amor de sus últimos veinte años, junto a una representación de su gran equipo de amigos alicantinos que, presentes y representados, recorrieron mil kilómetros para esta despedida.
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