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REBECA FERNÁNDEZ ZORRILLA
Miércoles, 11 de enero 2023, 01:00
Un 24 de julio del 2005, llegaste a la vida. Llegaste con tal luz, que fuiste capaz de sacarme de las tinieblas y devolverme a la vida. Poco a poco, te fuiste convirtiendo en mi gasolina para seguir el día a día.
Cuando partiste a ... tu siguiente misión, tú sabías las semillas que habías dejado aquí en muchos corazones, lo tengo claro. Porque solo de esa manera, yo podría volver a la vida por segunda vez de tu mano, recogiendo todo ese amor y ese cariño que tú ya habías sembrado.
¿Sabes, hijo mío? Fuimos y somos unos privilegiados, porque la vida nos ha regalado estos maravillosos años juntos. Juntos contra todo mal, juntos a la vera del cariño, del amor, justo de eso, de eso que no se compra con dinero... eso es la vida.
Solo hago que recoger tu siembra por todos lados, desde el minuto uno que comenzó otra vida para ti y para mí, diferente, pero eso no quiere decir, que tú y yo, como siempre lo hicimos, hagamos una vez más de este camino, un sendero especial...
Voy a destacar, que siento que fuiste por la vida, como una bombilla. Porque diste luz a much@s corazones en momentos cruciales en sus vidas. Y lo digo con mayúsculas, porque así me han llegado un sinfín de testimonios en primera persona.
«Llegó en un momento duro para mí... Yo a Manu, lo conocí, cuando más lo necesitaba y nunca se marchó». «Manu, para mí, fue como un hermano». «Manu para mí, fue como un padre. Nunca habría podido salir de donde estuve metido sin su ayuda». «Siempre nos sacaba una sonrisa». «Manu me trató como una princesa». «Manu siempre nos protegió». «Cuánto aprendí de la vida por Manu».
Manuel Ángel Manríquez Fernández, de 17 años, falleció el pasado verano en un accidente de moto en la calle Marqués de la Hermida. Pertenecía a una familia muy querida del Barrio Pesquero. Allí estudió en el Colegio Miguel Bravo para, después, cursar mecánica y hacer prácticas en Motos Bahía. Las motos y el fútbol eran sus mayores pasiones. Jugó en el Bezana y, de hecho, se le conocía como 'Manu Bezana'. También había practicado el pádel.
Esta necrológica está escrita por Rebeca, su madre, que hasta ahora no había podido rendirle este pequeño homenaje.
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