Reinventarse para crear un nuevo estilo de vida
Miguel Sánchez Quijano 'Lillo' | Artesano de la madera ·
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Miguel Sánchez Quijano 'Lillo' | Artesano de la madera ·
Fue un vecino muy querido en Polanco, donde donó varias de sus obras de maderaMiguel Sánchez Quijano, conocido por todos como 'Lillo', murió el pasado viernes, a los 63 años de edad. La alcaldesa de Polanco, la regionalista Rosa Díaz, daba a conocer la noticia «con gran tristeza» el mismo día de producirse el fallecimiento, a través de las ... redes sociales, acostumbradas ya a ser vehículo de transmisión de malos augurios. Recordaba la regidora cómo este artesano de la madera, cuyo funeral se celebró en Bustablado el sábado, «realizó una réplica de las antiguas escuelas de Rumoroso y las donó al pueblo, donde están expuestas, así como la ermita del barrio de San Pedro». Al mismo tiempo, definía a 'Lillo' como una «persona de gran sentido artístico» y «un apasionado de la madera». Fue, además, según señalaba, «un vecino muy querido en todo el municipio».
La historia de Miguel Sánchez Quijano es la de un artesano totalmente ligado a su terruño, sin grandes ambiciones más allá de mostrar a los demás, a los vecinos de su ayuntamiento, la obra que, con mimo y mucha dedicación, elaboraba en su taller. De ensañar qué se puede hacer cuando se trata algo con cariño... De lo que son capaces las personas a la hora afrontar un reto. La historia de un hombre que se ha ido muy joven y que comenzó en 1958 en Toporias (Udías), donde nació.
La profesión que ejerció durante muchos años nada tuvo que ver con la artesanía. Comenzó a trabajar muy pronto, primero como albañil y, más tarde, como encofrador. Todo se desarrollaba para él con normalidad hasta que una grave enfermedad se cruzó en su camino y desbarató el presente y el futuro que aún tenía por delante. Así las cosas, no le quedó más remedio que jubilarse anticipadamente, plantearse una nueva etapa y buscar 'algo' en donde ocupar las muchas horas diarias de tiempo libre. Reinventarse, en definitiva, palabra tan de moda en los últimos años.
Poseedor de una gran habilidad con las manos y una hasta entonces oculta sensibilidad artística, su primera obra fue un carro para colocar en su interior una maceta de flores, motivo decorativo para el jardín familiar. Ese fue el punto de partida de una pasión artística a la que se dedicó en cuerpo y alma. Un par de ruedas que encaminaron entonces una pasión.
'Lillo' vio cumplido un sueño cuando en marzo de 2018 mostró parte de su obra en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura de Polanco. Allí, en pequeño tamaño, entre otras maquetas, destacaron el edificio del Ayuntamiento y otros monumentos arquitectónicos de marcado acento rural. La precisión y realismo de las obras de 'Lillo' fueron elogiados por quienes visitaron aquella muestra.
En el catálogo de la exposición, este gran artesano dejó escrito que «espero que disfrutéis con estas obras que con tanto cariño he realizado y que sin duda me han ayudado a afrontar mi futuro y mi nuevo estilo de vida con más ilusión y esperanza».
Y la verdad es que el público disfrutó con su arte y su cosecha. Él se fue pronto, pero su herencia queda grabada para siempre en la madera.
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