![Un santoñés enamorado de su pueblo y de su carnaval](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2025/01/12/paquito-kEqH-U230513807711MHB-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Paquito Bodegas era un enamorado de Santoña. Su pueblo. Un pueblo que ha sentido y llorado la inesperada pérdida de un hombre bueno en mayúsculas. En su cuerpo menudo latía un corazón gigante al compás del Carnaval. Fue uno de los precursores de la recuperación ... de este festejo local, al que entregó su vida y que, a su vez, tanta vida le insufló. Se pasaba el año ansiando que llegara febrero. Lo suyo, cuenta su hijo Paquito, era pasión por las coplas y los disfraces.
Se crió en el barrio de Corea, junto a sus dos hermanos. Su padre era marinero, y su madre, conservera. Mantenía intactas sus amistades de la infancia y en los sitios en los que trabajó le recuerdan como un gran compañero. «Primero estuvo en la fábrica de pescados Medina, luego trabajó un tiempo de peón hasta que entró en Femsa, donde se jubiló».
De joven jugó al fútbol en el Santoña y después, fichó por el Ramales. Allí conoció a la que sería su esposa, Tere. «Mi madre era la taquillera del campo y se enamoraron». Ella tenía 15 años y él 19. Han sido un matrimonio inquebrantable a lo largo de seis décadas. «Iban a todo juntos». De ese férreo amor nacieron tres hijos: Paquito, Alejandra y Javier. «Como padres han sido maravillosos. Nos han dado una educación con grandes valores». Paquito era muy familiar y su «ojito derecho» eran sus cinco nietos y otro que está en camino. «Se desvivía por ellos».
A todos sus descendientes les transmitió su amor por Santoña. Paquito siempre se implicó en lo que hiciera falta por su pueblo y ayudó a todo el mundo. La música le encantaba. Fue fundador de la Coral Portus Victoriae y de Amigos de la Canción, aunque el Carnaval era su auténtica ilusión. Se involucró en su recuperación en 1981 e impulsó junto a varios amigos la emblemática murga Los Calocas. Siempre pensaba en el futuro de la fiesta y luchó por la cantera. Creó la murga infantil Los Caloquillas en la que se formaron grandes murguistas, que lamentan su despedida y agradecen su legado. Paquito hijo sigue hoy su ejemplo al frente de la murga infantil Los Notas, en la que cantan todos sus nietos. «Nos ha contagiado el veneno por el Carnaval», asegura.
Aunque ya no subía a las tablas, siempre se acercaba a los locales de ensayo de las murgas de sus hijos y nietos. «Te decía: 'niño eso suena mal o hay que cantar así siempre'». Fue pregonero del Carnaval en 2014. Lo vivió con gran orgullo. Su rostro aquella noche, con su inseparable tambor, irradiaba felicidad. Su carácter alegre también dejó una huella imborrable en la peña y en la charanga Los Ronceros. Su otra pasión. Ejerció de presidente y tocó muchos años. En la última época, les acompañaba en las salidas para actuar, sin dejar de animar. También le gustaba cantar por los bares en las fiestas patronales y en Navidad canciones antiguas de Santoña. Sus vástagos seguirán con la tradición.
Su marcha a los 78 años deja un gran vacío. «Hemos recibido un cariño inmenso y no podemos más que dar las gracias al pueblo. Al tanatorio fueron muchas personas y en la iglesia ya no entraba más gente. Le despedimos cantando el himno de Los Ronceros. Es una satisfacción ver cuanto le querían».
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Ana del Castillo
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