!['Titi', el hostelero de Comillas que alegraba la vida de la gente](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202301/25/media/80242725-U120190470690HSD--1248x770@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
!['Titi', el hostelero de Comillas que alegraba la vida de la gente](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202301/25/media/80242725-U120190470690HSD--1248x770@Diario%20Montanes-DiarioMontanes.jpg)
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Ha muerto 'Titi' y Comillas se ha apagado un poco, porque el final de José Antonio Pérez Barahona 'Titi' ha sido también el final del bar que regentó toda la vida, el Filipinas, que ocupaba una esquina de la villa como quien ocupa su apellido. ... Así que en tres meses, los comillanos han tenido que despedirse dos veces, primero del bar, que ha cerrado después de cuarenta años, y luego de su propietario, porque no podía ser lo uno sin lo otro. A este lado queda Fernando, el hermano gemelo de 'Titi', la otra mitad de esta pareja indisoluble que la muerte ha separado. Hasta ahora, «nunca me había separado de él», afirma Fernando, que no encuentra las palabras. «Tú sabías cómo era, todo el mundo le quería». Y mientras ese mundo le recuerde su sonrisa sigue 'latiendo' entre los vivos.
Titi nació hace 61 años en Comillas. Se casó por primera vez con Maribel Madroño y tuvieron dos hijos, Víctor y Gabriel, de 35 y 33 años respectivamente. Unos veinte años después, contrajo matrimonio en segundas nupcias con Mercedes Grajales, quien ha sido su compañera hasta el final, dentro y fuera de la barra. 'Titi' era hablador, aventurero y viajado -«en un mismo día podía llegar a estar en tres países distintos», cuenta Fernando-. Pisó el suelo de Nueva York, Turquía, Alemania, Francia, Italia, Latinoamérica... Un Don Quijote a lomos de su inquietud. Buen contador de historias, la barra su escenario. «Estuvo cuarenta años prestando un servicio y entreteniendo a la gente», relata su hermano. Era «el hostelero» por excelencia -con permiso del resto de hosteleros de la villa-. El Filipinas era refugio y memoria, camaradería, calor y patatas fritas con torreznos de Soria. «Tengo un queso que te vas a morir de bueno», decía 'Titi' a la clientela. Y era verdad. Te morías de rico mientras mirabas las paredes del bar, llenas de fotografías de 'Titi' y Fernando con actores de cine, condes, escritores, reyes y gente, sobre todo mucha gente de a pie. «Encontrar una foto de 'Titi' solo es difícil». Y tanto que sí.
«Mi hermano nunca le falló a nadie y llenó de vida Comillas. Atendió a sus amigos hasta el último momento y lo dio todo por ellos». Además tenía la suerte de ser ese tipo de personas que ven el vaso medio lleno.
«Tenía buen humor, contaba chistes y buscaba la parte buena de la vida, era un optimista y una persona muy generosa», recuerda la alcaldesa de Comillas, Teresa Noceda. «Siempre colaboraba con el Ayuntamiento cuando poníamos en marcha alguna iniciativa». Así era 'Titi'. «Alegraba la vida de la gente». Con su marcha y el cierre del Filipinas queda un vacío espeso en Comillas que será difícil volver a llenar, porque «era él quien llenaba de vida los espacios». Una huella imborrable la de este comillano.
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