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Elena Collado.
Una torrelaveguense que enfrentó la vida con valentía y jovialidad
Obituario | Elena Collado Ruera, empleada de banca

Una torrelaveguense que enfrentó la vida con valentía y jovialidad

Sábado, 9 de noviembre 2024, 01:00

Nació entre algodones, con cuchara de plata en la boca, pero en su vida demostró ser como la mujer fuerte de la que nos habla la Biblia, la que no desmaya ante las adversidades. Elena Collado vino al mundo en 1955, segunda hija de los ocho vástagos que tuvo el matrimonio formado por Juan Collado y Elena Ruera. El padre, empresario fallecido prematuramente, era miembro de una familia con honda raigambre en Torrelavega. Elena, su madre, aún guarda a sus noventa años los destellos que la hicieron una de las mujeres más guapas y distinguidas de Torrelavega. En su piso de los Jardinillos, Juan y Elena criaron a su extensa familia.

Elena, su hija mayor, triste y ahora también prematuramente fallecida, heredó de su madre la belleza y la elegancia y, seguramente de ambos, la valentía y el coraje para hacer frente a la vida. Estudió, al igual que sus hermanos, en los Sagrados Corazones y posteriormente inició en Madrid sus estudios universitarios. Formó pronto una familia y trajo al mundo a sus dos hijos: Alberto y Juan.

Trabajó en la oficina principal del Banco Santander de torrelavega hasta su anticipada jubilación a causa de su delicado estado de salud. Sacó adelante a sus hijos, su mayor orgullo, que siempre la arroparon con cariño y delicadeza. Pese a tener una salud débil, Elena materializó una de sus frases, la misma que tenía en el perfil de su móvil y que ha dejado como consejo: «Vive la vida mientras puedas».

Quienes tuvimos la suerte de compartir con ella parte de sus sesenta y ocho años de vida, bien sabemos de su vitalidad, de sus ganas de vivir y de la alegría que contagiaba a quienes la rodeaban. Son muchos los recuerdos acumulado: las correrías colegiales, las tardes en el Casino, los largos veranos en su casa de Suances, las charlas rememorando en tantas ocasiones la juventud perdida...

En su felicidad tuvo mucho que ver su pareja, Eduardo Giraldo, y como no, sus hermanos Juan, Aurora, Lucía, Lalo, Nacho, Javier y Paz. Se sentía muy orgullosa de uno de los pequeños, de Javier, creador del grupo empresarial La Dársena de Suances. Elena, fiel a sus creencias, está ya junto a su padre en la casa de todos. Descanse en paz.

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