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Cuando le quedaba una semana para jubilarse, la vida se le escapó de la manos. A Juan Antonio Gutiérrez Crespo, 'Juancho', el corazón le arrebató ... un futuro que se presentaba lleno de alicientes después de una vida de trabajo. Había nacido en Puente San Miguel en 1960, pero a los seis o siete años, la familia decidió trasladarse a vivir a Torrelavega, al número 17 de la calle Lasaga Larreta, en el castizo barrio de Quebrantada. Germán y Dolores, sus padres, buscaban una vida estable y un futuro en la entonces 'ciudad del dólar' al regreso de una larga emigración en Alemania. Sabían que a sus dos hijos, Juancho y Carlos, había que enviarles a España, a sus raíces, sabedores de que si crecían en aquel país nunca más volverían a la tierra en que nacieron.
Juancho, como casi todos los niños del barrio, estudió en el Colegio Cervantes, entonces referente de la mejor educación pública, hasta el punto de que en Torrelavega se pugnaba por llevar a los escolares a aquel centro que dirigía la inolvidable Pilar Gómez de Mier. De allí, al Instituto Besaya y, después, a la Ingeniería de Sonido, su pasión y profesión hasta el ultimo momento de su vida.
Juancho fue un referente para los grupos musicales de la época y formó parte de Bloque, el recordado grupo de rock sinfónico. Trabajó como especialista durante un cuarto de siglo en 'Cuatro Caños Sonido', hasta que el establecimiento echó el cierre. Después, fue representante de la prestigiosa firma 'Magnetron' para el norte de España. Las mesas de sonido, con las que se ganó el respeto de los especialistas de la región y del país, eran su hábitat natural.
Padre de Germán, junto a su esposa María José Villazán, Coque, esperaban la llegada de los días plácidos del júbilo que se han visto truncados.
Sus honras fúnebres fueron una impresionante demostración de afecto y solidaridad para rendir el último homenaje a un hombre extrovertido, perfeccionista hasta la exageración y generoso con los suyos y con cuantos le requirieron. Aficionado al cine, vivió por y par la música. Coleccionista discográfico y de las ediciones relacionadas con su trabajo, ha dejado una huella imperecedera que se ha convertido ahora en un consuelo para su familia. En el mas allá estará preparando la mesa de mezclas para que mejor se escuche la música celestial. Descanse en paz.
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Ana del Castillo
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