El vecino solícito siempre dispuesto a echar una mano

El pasado 23 de febrero, rodeado de su familia, falleció a los 74 años de edad en su casa de Pontejos, nuestro buen amigo Juan Antonio Zorrilla Carrascal, que en los últimos años venía padeciendo una cruel enfermedad y que, a pesar de los esfuerzos de la ciencia médica y de sus ganas de vivir, no consiguió vencer. Su muerte ha causado una gran pena y dolor no solo a su familia, si no también a los numerosos amigos con que contaba.

Juan Zorrilla había nacido en el barrio de Peñacastillo y después de contraer matrimonio con María Elena Díez Cifrián en 1974, fijó su residencia en Pontejos. Los primeros años trabajó en el matadero de Guarnizo y, posteriormente, en la empresa Pescatrade, ubicada en el polígono de Heras, donde desempeñó la labor de encargado hasta su jubilación.

Persona de una gran bonhomía, fue un excelente esposo, padre y abuelo que adoraba a su familia. Persona que siempre hizo el bien, hizo bueno el dicho popular de que «una persona vale, lo que vale su palabra». Además, Juan fue un buen vecino, siempre dispuesto a ayudar en aquello en lo que se le solicitaba ayuda. Coherente con sus ideas de izquierdas, durante varios años fue miembro de la peña Los Chimberos, de Pontejos y, junto a sus integrantes, participó en los numerosos eventos que organizaban. Juan, junto al resto de miembros de la peña, se encargaba de cocinar sabrosos platos, en especial paellas y ollas ferroviarias con patatas y carne, unos suculentos platos que tuvimos la suerte de degustar en varias ocasiones.

Desde estas líneas reiteramos nuestras más sentidas condolencias a su esposa, a su hijo Juan Ramón, a sus nietos y al resto de su familia.

Descanse en paz.