Un veterinario que sostuvo el bastón de mando de Villafufre

De aquel periodo de tiempo los vecinos aún recuerdan algunas de las obras que se acometieron durante su estancia al frente del Consistorio como el asfaltado y el abastecimiento de agua al pueblo de Villafufre y el bombeo de agua a Rasillo, un pequeño pueblo de menos de cien habitantes. Recuerdan también con especial cariño la ayuda que prestó el Ayuntamiento para restaurar las iglesias de San Martín y Sandoñana, dos templos que se encontraban muy deteriorados. Años después, fue también concejal en Villacarriedo.

Amante de la vida tranquila, Alfredo disfrutaba estando en familia y con amigos. África, su esposa, cuenta que no le gustaba mucho viajar, aunque a donde le gustaba ir, y lo hicieron en muchas ocasiones, era a La Rioja. «Íbamos mucho, allí teníamos buenos amigos, y le encantaba ir a las bodegas. Eso le privaba», relata África, recordando unas jornadas en las que Alfredo «disfrutaba un montón y se le veía loco de contento».

Persona tranquila y muy familiar, la casa que Alfredo había comprado en Villafufre era lugar de reunión de todos sus primos, con algunos de los cuales había vivido durante los años de su infancia en Burgos, unos años en los que acudía al Colegio de los Maristas de la ciudad. «Disfrutaba estando con todos los que quería», relata África, que cuenta cómo en aquellas reuniones nunca faltaba un rato dedicado al canto, pues a Alfredo le gustaba entonar canciones acompañado de familia y amigos.