Restringen el acceso al Desfiladero de la Hermida para camiones y autobuses

El Desfiladero de la Hermida permanecerá cerrado esta noche al tráfico de camiones grandes y autobuses largos para realizar unas catas en la carretera, la Nacional 621. Así lo ha confirmado a este periódico el alcalde de Cillorigo de Liébana, Jesús Cuevas, quien no ha podido concretar si el corte afecta a todo el recorrido o si solo comprende el tramo que conecta Lebeña con Castro-Cillorigo.

El corte se mantendrán hasta las siete de la mañana de este miércoles y la situación volverá a repetirse una noche más. Entre las 22.00 horas del miércoles y las 7.00 horas del jueves se mantendrá la restricción.

Para causar los menos problemas posibles al tráfico de grandes dimensiones que habitualmente que circula por esta zona, los vehículos que se vean obligados a parar podrán reanudar la marcha cada quince o veinte minutos, que es el tiempo que les han marcado a los operarios de las obras para que den paso a estos vehículos.

Según los datos que maneja el regidor Cuevas, la actuación podría estar relacionada con las obras de mejora de esta carretera, a su paso por el Desfiladero de la Hermida. Cuentan con un presupuesto de 7,1 millones y un plazo de ejecución de 24 meses y al alcalde de Cillorigo le habían comunicado recientemente desde el Ministerio de Fomento que Acciona Infraestructuras SA, adjudicataria de la obra, comenzaría los trabajos próximamente.

Las actuaciones previstas consisten en la rectificación de las curvas de escasa anchura de la N-621 entre los puntos kilométricos 155,600; 156,040; 158,700; 160,500 y 170,920. Estos seis tramos son tan estrechos que el paso de dos vehículos a la vez es limitado, y además la situación se agrava por la tipología rocosa de los taludes, con protuberancias que producen problemas de gálibo, obligando a los vehículos a invadir el carril contrario.

El principal problema es ampliar la plataforma, actualmente inferior a los seis metros y sin arcenes, con el Deva por un lado y paredones de gran altura y verticalidad por otro. Los farallones y la propia montaña no permiten ninguna actuación en forma de voladura. A lo sumo, podría emplearse cemento expansivo en el repié de la montaña allí donde sea necesario 'comer' algo de roca. Y el resto, quizá, a costa del cauce.