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darío menor
Martes, 7 de febrero 2017, 07:10
"He emprendido este camino para tener más contactos, más influencia y un cuadro más claro de la realidad misteriosa del Vaticano". Francesca Chaouqui, condenada ... el pasado julio a diez meses de cárcel con suspensión de la pena por filtrar documentos confidenciales en el llamado Vatileaks 2, se confiesa en un libro que se publica hoy en Italia y que podría provocar la apertura de un nuevo juicio en el Vaticano. En Nel nome di Pietro (En el nombre de Pedro), la relaciones públicas italiana revela algunos de los papeles reservados a los que tuvo acceso durante el tiempo en que formó parte de la Cosea, la comisión creada por el papa Francisco para estudiar las cuentas y la organización de la Curia romana. La Justicia vaticana estudiará con detalle esos documentos para comprobar si se ha cometido un delito con su publicación.
La corriente de la Iglesia opuesta a Francisco tira la piedra y esconde la mano. El pasado sábado aparecieron en los muros de algunas calles de Roma cientos de carteles en los que se ve una imagen del Papa con gesto ceñudo acompañado por un texto escrito en dialecto romano que le afea que haya "comisariado congregaciones, echado sacerdotes, decapitado la Orden de Malta y los Franciscanos de la Inmaculada, ignorando cardenales». El texto acaba preguntando "¿Dónde está tu misericordia?». Aunque no hay firma ni logotipo que permita identificar a los promotores de este campaña, no es difícil imaginarse que detrás de ella estén los sectores eclesiásticos incómodos con el pontificado de Francisco. Los carteles fueron retirados al día siguiente por no haber sido autorizados y la Policía ha abierto una investigación para identificar a los responsables.
Esta campaña se une a las recientes declaraciones del anterior Gran Maestre de la Orden de Malta, Matthew Festing, obligado por Bergoglio a dimitir debido a la crisis interna que vive esta institución. En una entrevista con la revista The Tablet, Festing prometió que va a luchar para recuperar su cargo, pues la guerra "aún no ha acabado».
"Si tienes amor a la verdad, en la vida tienes que correr riesgos. Para mí era intolerable que la verdadera historia de lo que ocurrió estuviera tapada por una nube de humo con la que se intentaba hacer ver que yo quería hacerle daño a la Iglesia. Con este libro muestro que he sido leal hasta el final al Papa", explica en una entrevista con este diario Chaouqui, que es bien consciente de que el Vaticano podría enjuiciarla de nuevo. "Si quieren hacerlo, allá ellos. No pienso acudir al tribunal. Si luego me condenan, tendrán que ponerse de acuerdo con el Estado italiano para meterme en la cárcel". Pese a esta actitud desafiante, la autora sostiene que no ha violado ninguna clausula de confidencialidad, pues, según ella, se extinguió el pasado julio al cumplirse tres años del inicio de los trabajos de la Cosea.
En el libro está presente de forma continua el sacerdote riojano Lucio Ángel Vallejo Balda, quien introdujo a Chaouqui en la Cosea y que también fue condenado en el caso Vatileaks 2. Le cayeron 18 meses de cárcel. Cumplió la mitad de ellos, ya que el pasado 20 de diciembre el Papa le concedió la libertad condicional, aunque dejando claro que ya no tenía vinculación alguna con la Santa Sede y que quedaba bajo la autoridad del obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, ya que está incardinado en esa diócesis leonesa.
Chaouqui ofrece más detalles en Nel nome di Pietro de un extraño episodio al que ya hizo referencia durante el juicio por el Vatileaks 2: Vallejo habría introducido en el Vaticano a dos miembros de los servicios secretos españoles para que evaluaran el dispositivo que protege al Papa cuando se encuentra en el Palacio Apostólico o en la Domus Santa Marta, la residencia donde vive. El libro ofrece la primera página del supuesto informe que los espías de nuestro país le entregaron al sacerdote riojano sobre la seguridad de Francisco, al que se refieren como Objetivo alfa.
El documento tiene tachadas sus partes más sensibles. Según Chaouqui, el texto no está redactado en castellano, como podría esperarse, sino en italiano, el idioma que, junto al inglés, se usaba en la Cosea. "Vallejo pidió ese informe como secretario de la comisión y luego decía que lo iba a presentar a la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Por eso también tenía que estar en italiano".
Aunque ha perdido la confianza del Papa y se ha convertido en una apestada para muchos en la Santa Sede, Chaouqui no siente que su contribución fuera un fracaso. "Fue muy doloroso desde el punto de vista personal, pero Dios me mandó esa tarea por un motivo. Si no hubiera estado allí, tal vez la reforma de los medios de comunicación no se habría llevado a cabo y no se hubiera formado el Vatican Asset Managment (VAM)". Encargada en la Cosea de estudiar la situación de los medios vaticanos, la relaciones públicas se considera inspiradora de la reorganización que ha llevado a cabo en este área Francisco con la creación de la Secretaría para las Comunicaciones.
Chaouqui ofrece en su obra una inquietante interpretación del nombramiento del cardenal australiano George Pell como prefecto de la Secretaría para la Economía: se trató de una estrategia para conseguir sacarlo de su país y evitar que fuera procesado por los abusos sexuales a niños cometidos por sacerdotes.
La autora no ahorra detalles sobre las tendencias sexuales de Vallejo: escribe que le confesó que le atraen las mujeres, pero se siente cohibido porque "en ellas ve el rostro de su madre. Con los hombres es diferente, no siente que la traicione". Incluso cuenta que durante sus primeros nueve meses en Roma, el cura riojano convivió con su amante, al que presentaba como su mayordomo.
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