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Daniel Martínez
Domingo, 12 de febrero 2017, 07:46
"Esto no me va a hundir, me da más fuerzas para luchar y seguir adelante". Jairo Salam lo dice ahora, en frío, porque el fin de semana pasado no le cabía ni un gramo más de indignación en el cuerpo. Este atleta con discapacidad ... de Torrelavega todavía está tratando de comprender la llamada que recibió el pasado 2 de febrero en la que le comunicaban que no podía participar dos días después en el Campeonato del País Vasco de atletismo en pista cubierta, una prueba abierta a deportistas de cualquier lugar y condición, con o sin discapacidad.
"Tenía todo preparado, todo planificado con mi entrenador y me dijeron que mejor me quedara en casa, que no fuera. Me habían confirmado hace semanas la inscripción y de repente No se puede jugar así con la ilusión", explica Jairo. Acostumbrado a correr en 100 y 200 metros, esta era la primera gran reunión en la que iba afrontar la distancia de 800 metros. Los entrenamientos de los últimos meses su preparador, Marcos Argumosa, tuvo que cambiar sus propias sesiones para adaptarse a los cambios en las de Jairo se enfocaban a esta prueba que finalmente ni comenzó.
Para este atleta de 25 años, que sufrió la amputación de su pierna izquierda debido a una malformación congénita y compite con una pletina muy similar a la que solía utilizar el sudafricano Oscar Pistorius, lo peor de todo es que aquella llamada no iba acompañada de ninguna explicación. "No sé qué pudo pasar. Que hubiera o no más atletas con mi mismo tipo de discapacidad, la T-44, tampoco es un problema. No hacía falta hacer una prueba especial. Era un torneo Open, la misma palabra lo dice. Lo normal en otras citas es correr todos juntos y después hacer las clasificaciones en función de las categorías", apunta Jairo, que prefiere no teorizar sobre los motivos que llevaron a la organización a cerrarle la puerta del estadio de Anoeta de San Sebastián, donde se celebró un torneo en el que él estuvo ausente contra su voluntad.
tercero de españa
Tanto Jairo Salam como el equipo que trabaja con el torrelaveguense están convencidos de que aún tiene por delante mucho margen de mejora. A pesar de que sólo lleva dos años entrenando, ya puede presumir de algunos méritos deportivos. El más importante, la medalla de bronce conseguida en el último Campeonato de España. "Aún no tenía el punto de forma actual, pero en la prueba de 100 metros me quedé a 44 milésimas del campeón y a 4 del subcampeón. Tengo el pelo largo y en la imagen de la foto finish se veía que llegaba yo antes a meta con un mechón, pero lo que cuenta es el pecho", concluye Jairo, convencido de que esta temporada, si ningún organizador se lo impide, mejorará ese resultado.
Desde su equipo, piensan que los buenos resultados de las últimas citas en las que ha participado el torrelaveguense y la preparación casi profesional que viene haciendo desde hace unos meses tienen algo que ver.
"Es muy duro preparar durante tanto tiempo la prueba y que te la quiten afirma, pero estas cosas al final te hacen más fuerte". Después de un fin de semana duro, en el que hasta tuvo que acudir al psicólogo para afrontar la situación, lo que tiene claro es que este asunto no va a caer en el olvido. Después de contar la historia en las redes sociales, ha recibido decenas de mensajes de apoyo. Entre otros el del campeón de España de 100 y 200 metros, Alberto Ávila. El madrileño, a pesar de tener la misma discapacidad que Jairo, sí compitió hace un año en Anoeta y nadie le puso problemas.
"Lo más importante es que parece que se va a hacer algo para que esto no vuelva a ocurrir. Mi entrenador me ha dicho que ha hablado con la responsable de discapacidad del Gobierno Vasco y van a investigar lo sucedido", cuenta. Un consuelo que, en parte, sirve para paliar el disgusto y continuar los entrenamientos.
Inicio en el atletismo
Jairo, que compatibiliza las sesiones de entrenamiento con su trabajo como mecánico de aparatos de feria lo hace junto a otro de los deportistas torrelaveguenses con más futuro, el boxeador Sergio García El Niño, empezó con el atletismo hace sólo dos años, en 2015. "Antes tenía una prótesis con la que podía hacer frontón, pero no me valía para correr. Conocí al presidente de la Federación Cántabra y fue quien me animó. Ellos me pagaron la pletina y yo el encaje".
Todavía está pagando el crédito que pidió para adquirirlo, pero ha valido la pena. A la semana de empezar, cuando todavía estaba probando esa nueva prótesis, se impuso en el Campeonato Internacional de Basauri. Después de ver su potencial, decidió tomarse lo de correr en serio y prepararse con expertos para competir a nivel nacional e internacional.
Dos veces al día una sesión de mañana y otra de tarde y seis días a la semana se pasa por el centro Base 4 de Torrelavega, donde Marcos Argumosa y su preparador, Mario Enríquez, le hacen un plan personal de entrenamientos. "Me tienen controlado al límite. Han conseguido que baje de peso más de 15 kilos y me han prohibido salir los fines de semana. Voy muy en serio con esto y quiero seguir mejorando". Todo para seguir progresando en su carrera deportiva. Ese esfuerzo ya está dando resultados. Y si las medallas no llegan, quiere que no sea porque nadie se lo impida.
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