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E. Munárriz/G. Sellers
Domingo, 19 de febrero 2017, 07:33
El PP cántabro no olvidará fácilmente esta última semana. Acostumbrado a lavar la ropa sucia en casa, a que fueran otros los que sufrieran el fenómeno de las paredes de cristal, el partido todavía dirigido por Ignacio Diego no ha podido evitar que las grietas ... aparecidas tras la pérdida de la mayoría absoluta en 2015 hayan crecido hasta provocar la ruina del edificio. Lo inédito es que esas divisiones entre la facción que lidera María José Sáenz de Buruaga hasta ahora la mano derecha del expresidente de Cantabria y el entorno más cercano de Diego se han dirimido voluntariamente en público. El PP cántabro ha escrito uno de los capítulos más negros de su historia a la luz de los focos, con el telón subido y regalando la entrada para ver el espectáculo. Una función que, en solo una semana, ha tenido acusaciones de traición, reuniones clandestinas para recabar apoyos y el reconocimiento público de su número dos de que el partido necesita un cambio de liderazgo y de formas de hacer política. Incluso un último capítulo, ayer mismo, en el que Diego hace un llamamiento a la "unidad" y a elaborar una "lista de integración". Todo esto ha llamado la atención de la cúpula nacional, poco acostumbrada a que el siempre tranquilo PP cántabro necesite una llamada al orden.
Liderada por Ángel Cuadrado
Para liar aún más la madeja, hay hueco en el PP cántabro para una tercera vía, un grupo de militantes y exdirigentes del partido dispuestos a armar una candidatura ajena a las de Buruaga y Diego. Este movimiento no es nuevo. Hace ya año y medio que el exalcalde de Riotuerto, Ángel Cuadrado, promueve una renovación integral del partido. Ese paso que, en su momento, dio con tribunas en los medios de comunicación tiene visos de materializarse ahora en una alternativa a las dos listas mayoritarias.
El grupo de Cuadrado maneja la posibilidad de presentarse públicamente durante la próxima semana, aunque mira de reojo lo que pueda pasar en la sede de Génova. Si mañana, lunes, Diego y Buruaga salen de allí como entraron, lo más probable es que den el paso. Si Cospedal y Maillo les arrancan una candidatura de unidad, habría más dudas de que esta tercera vía acabara de confirmarse.
Cuadrado, que cuenta con el apoyo de la exconsejera de Presidencia Leticia Díaz, del exdirector de Sodercán Roberto Media y de Arsenio de la Vega, exjefe de gabinete de Ignacio Diego, propone "reiniciar el camino y conformar una candidatura que pueda presentarse como un partido fuerte y unido, integrado por personas, con sus aciertos y errores, pero con el único objetivo de hacer de Cantabria un lugar más próspero para la ciudadanía".
El exalcalde, que promovió un ala crítica como alternativa a Diego, considera ahora que "la escenificación del enfrentamiento entre el presidente y la secretaria general del PP se aleja de lo que quieren nuestros afiliados".
El Congreso nacional del pasado fin de semana marcó un punto de inflexión en la discreción con la que el PP acostumbra a solventar sus desavenencias internas. Fue allí, en la caja mágica de Madrid, entre los pesos pesados de Génova y La Moncloa, cuando se destapó con pocas sutilezas lo que ya era un secreto a voces: la ruptura del equipo histórico de Diego en dos facciones. Como en una partida de ajedrez, las piezas se fueron colocando a ambos lados del tablero a golpe de fotos de familia, abrazos ostentóreos y mensajes de apoyo frente a evasivas e indiferencias hacia el otro lado. Fue así como el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, demostró su apuesta por Buruaga a pesar de haberse negado a verbalizarlo.
Las máscaras terminaron de caerse el lunes en Castañeda, durante una comida que Ignacio Diego mantuvo con los líderes del PP de los valles pasiegos. Allí les anunció su intención de dar un paso a un lado y promover una candidatura para frenar a la de Buruaga. El conflicto se radicalizó definitivamente al día siguiente, cuando el portavoz parlamentario, Eduardo Van den Eynde, cargó sin benevolencia contra la actual secretaria general del partido, llegando a tacharla de "traidora".
Esos dos movimientos, unidos a la presentación pública de Buruaga como candidata a liderar el PP cántabro "para ganar y gobernar" y la llamada a la "integración" realizada ayer por Diego, terminaron de ordenar las piezas aún dudosas en el tablero.
La guardia pretoriana de la exvicepresidenta cántabra, el círculo más cercano que promueve su candidatura entre los militantes y las juntas locales como se puede ver en la infografía de esta página, está formada por su mujer de confianza y amiga leal, Isabel Urrutia, una diputada cuya carrera está vinculada a la de Buruaga, tanto en el partido como en el Ejecutivo; la tesorera del PP, María José González Revuelta, que la acompañó como alto cargo en Sanidad, e Íñigo Fernández, a su lado en esta etapa.
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, tampoco ha escondido su preferencia por la exvicepresidenta del Gobierno regional frente a un Ignacio Diego que arrastra un pasado tumultuoso con el Ayuntamiento de Santander. Los exalcaldes y ahora diputados Ildefonso Calderón y Diego Movellán también respaldan un "cambio" en la dirección del partido. Los dos son el exponente de ese grupo de barones que se encontraron con todos los puentes rotos para poder pactar con otras fuerzas. En este grupo encajan los aparatos de Castro Urdiales, Laredo, Bezana, Reinosa, Santander, Entrambasaguas, Colindres, Santillana del Mar o Medio Cudeyo, donde cuenta con la mayoría del millar de avales que ya tiene en su poder.
Aunque muchos prefieren guardar las apariencias, hay dos hombres con predicamento con los que, llegado el momento, Buruaga podrá contar: los expresidentes del PP José Joaquín Martínez Sieso y Gonzalo Piñeiro. Este último no ha dudado en asegurar que "Diego está cansado y anunciará su marcha al llegar de Madrid". Un vaticinio que, de cumplirse tendrá que esperar. La tensa reunión que mantuvieron el pasado viernes los dos dirigentes cántabros con María Dolores de Cospedal y Fernando Martínez Maillo tendrá mañana una segunda parte por la incapacidad de llegar a una solución de consenso.
calendario
En el peor de los casos, sólo quedan dos semanas para que todas las cartas se pongan bocarriba en la mesa. El próximo 1 de marzo es la fecha final para la presentación de candidaturas al congreso del PP, que se celebrará el 25 de ese mismo mes.
Los afiliados que deseen participar como compromisarios podrán presentar sus candidaturas hasta el día 3 de marzo, celebrándose las correspondientes elecciones el día 8. Aunque en el congreso podrán votar también todos los militantes.
Se celebrarán varias ponencias la primera será sobre Política y Reglamento. La segunda estará dedicada a la economía. Y el tercer documento a debatir se centrará en la política social.
Aliados de Diego
En la otra parte de la balanza, Diego tiene como aliado indiscutible a Van den Eynde, a quién fichó en su época de alcalde de El Astillero. Él ha sido hasta la fecha su más firme defensor y el primero en pedirle que siga adelante. Su núcleo de confianza lo forman, sobre todo, varios diputados y senadores nacionales: Blanca Martínez (exconsejera de Ganadería), Javier Fernández (exconsejero de Urbanismo y Medio Ambiente) y Esther Merino (exalcaldesa de Cabezón de la Sal). Todos ellos saltaron a primera línea de la política con el presidente del PP y públicamente no esconden su gratitud y lealtad hacia la persona que les dio un puesto en Peña Herbosa.
En un segundo nivel de respaldo al todavía presidente del partido se encuentran los también exconsejeros Francisco Rodríguez Argüeso, Miguel Ángel Serna y Cristina Mazas; los diputados Ruth Beitia, Mercedes Toribio y Carlos Albalá; el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz; y los alcaldes Enrique Bretones (Alfoz de Lloredo), Lorenzo González (Valdáliga) y Javier Gómez (Potes).
En un limbo situado entre ambas facciones se encuentra un grupo de dirigentes que, por distintas causas, no ha terminado de alinearse. Es el caso de Santiago Recio, más cercano a Diego pero que al ser presidente de la organización del congreso mantiene "neutralidad". O el diputado y alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, que ha rechazado en varias ocasiones la oferta del presidente para liderar la alternativa contra Buruaga.
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