Si hoy pudiera
Se cumple un año desde que Nando Yosu nos dejó. Y como ya dije en aquel momento, las posibilidades de milagro en el racinguismo sin él quedan relegadas en un rincón
Santiago Gutiérrez Calle
Martes, 21 de febrero 2017, 07:16
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Santiago Gutiérrez Calle
Martes, 21 de febrero 2017, 07:16
Se cumple un año desde que Nando Yosu nos dejó. Y como ya dije en aquel momento, las posibilidades de milagro en el racinguismo sin él quedan relegadas en un rincón hasta que surja otro de los tocados con el don que poseía Nando y ... le emule para convertir la zozobra en final feliz. Y no es por esto por lo que más le recuerdo que también, sino por no tener esos momentos en los que el estar a su lado se convertía en una fuente de pericia futbolística de la que intentaba empaparme. Sobre todo por esa inolvidable explosión de vitalidad y confianza que transmitía. Cuando ante el desaliento y la esperanza escuchaba la frase mágica: "Te necesitamos".
Si hoy pudiera, le contaría que cada fin de semana sigo acudiendo al sitio en el que mejor siento su presencia. Ese, su lugar, que aquel 2 de agosto de 2011 inauguró en su remodelación, dejó su nombre grabado para el recuerdo permanente del racinguismo y de las nuevas generaciones de futbolistas que acuden a las Instalaciones Nando Yosu a perfeccionar sus dotes futbolísticas para que sus anhelos se vean cumplidos. Como en esta temporada, cuando los sueños empiezan a convertirse en realidad para Sergio Ruiz, Javi Cobo, Gándara, Alberto, Camus, Somavilla, Laro, Pablo Goñi, Josemi y Pau Miguélez, que han debutado con el representativo y siguen trabajando sin desmayo, para consolidarse dentro del primer equipo. Otra nueva generación de canteranos de los que tanto le gustaba verse rodeado. Como aquellos otros que le trataron y decían: "Ese señor tan sencillo, cariñoso y tan cercano a todos".
Si hoy pudiera le preguntaría: "¿Cómo ves a nuestro Racing en esta Segunda B? Con Ángel Viadero Odriozola, aquel chaval que decías que tenía madera de entrenador, como técnico del primer equipo. Opino que lo lleva muy bien, pero dicen que sólo tiene una mano en este juego".
Le diría lo emocionante que resultó la entrega a su familia de la medalla de plata del Ayuntamiento de Santander en reconocimiento a su labor incalculable dentro del Racing. El alcalde en ese momento ahora ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, le dedicó un panegírico muy razonado, pero más me emocionó la exaltación que hizo su hijo Fernando. Estuvo magnifico al recordar a su padre como sólo un hijo orgulloso puede.
Se dice que uno muere de verdad cuando nadie le recuerda. Este no es su caso. Aparte de su familia, el racinguismo al que acostumbró a que la desesperación se pudiera convertir en autoestima inolvidable tampoco le olvida. Desde la grada norte, donde su curva siempre es salida a la esperanza, al movimiento de todas las sensibilidades del racinguismo unidas en torno a un proyecto bonito y sentido como la creación de una estatua en su nombre. Y a sus Instalaciones Nando Yosu, lugar de recuerdo permanente. Espacio donde yo siento que sí puedo contarle cosas de nuestro Racing.
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