Secciones
Servicios
Destacamos
Mada Martínez
Martes, 28 de febrero 2017, 07:23
"Las excavaciones arqueológicas realizadas hasta el momento confirman la excepcionalidad del yacimiento de Nahal Efe y su importancia para el conocimiento del poblamiento neolítico, no solo de la región del Neguev, sino también del Sinaí y del centro y sur de Jordania". Esta estupenda ... constación llega tras la segunda campaña de trabajo del proyecto que codirige el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), junto con otras instituciones españolas y locales, en las tierras erosionadas y secas del Neguev. El investigador (y codirector del proyecto) Ángel Armendáriz viajó el pasado diciembre a este lugar semidesértico para hacer arqueología en el yacimiento de un poblado neolítico de más de 9.000 años.
En ese escenario tratan de conocer cómo fue el proceso neolitización en las regiones del Oriente mediterráneo, y evaluar cómo impactaron los fenómenos climáticos ocurridos tras el fin de la era glacial en el desarrollo de las primeras comunidades agrícolas de la zona.
El IIIPC no traiciona sus siglas y ensancha con cada proyecto internacional que dirige o codirige la escasa tradición arqueológica española en el exterior. Ahora mismo mantiene activos proyectos y campañas sobre el terreno en Israel, en la Patagonia argentina, en Portugal, Serbia, y, en septiembre está previsto que ponga en marcha uno nuevo en la Bretaña francesa.
El instituto ha desarrollado y concluido otros proyectos en la Tierra de Fuego chilena; en Líbano (donde estudiaron el origen del Neolítico); en Marruecos; Jordania, y en Siria. Este último implicó excavaciones y prospecciones en una necrópolis megalítica de la Edad del Bronce, en las inmediaciones de la ciudad de Homs, y en el yacimiento de Qarassa, pero los trabajos quedaron interrumpidos en 2010 por la guerra que aún asola el país. Tanto Armendáriz como el técnico Luis Teira Mayolini estaban implicados en este estudio. A ambos le gustaría retomarlo. "Y poder comprobar el estado en el que están ahora las cosas, y ver cómo han quedado Alepo, Palmira...", desea Armendáriz. Teira añade: "Y ver también a los colegas". Un equipo sirio líbanés y español trabajó allí entre los años 2004 y 2010.
Portugal y Argentina
En cada proyecto confluyen las líneas de investigación del instituto y los intereses de los investigadores.
El catedrático de Prehistoria Pablo Arias Casal está involucrado, en alianza con otros socios académicos, en varios proyectos internacionales. Coasttran, en Portugal, es uno de ellos. Arrancó en 2010 y su objetivo, en términos generales, es indagar en el origen del Neolítico en la fachada atlántica europea, acercarse a los primeros recolectores en esta zona peninsular.
Esto ha implicado excavaciones arqueológicas en los depósitos de conchas del valle del Sado, y en diferentes yacimientos de la franja cantábrica. Esta serie tendrá continuación en las excavaciones en ciernes de la Bretaña francesa.
Arias también es director científico de un proyecto en Argentina, que comenzó en 2005, que estudia el poblamiento temprano del noroeste de la Patagonia. Las palas y rasquetas, en este caso, trabajaron en cuevas (en Neuquén y Río Negro), y también se estudió el arte rupestre del Parque Nacional Nahuel Huapi.
En la Cueva del Salitre
La investigadora Ana Belén Marín Arroyo trabaja en un proyecto en la Cueva del Salitre, en Serbia. El objetivo es "encontrar respuesta a la extinción de los Neandertales y la supervivencia de nuestra especie en un mismo entorno". ¿Cómo? "Mi papel consiste en estudiar allí la dieta que llevaron a cabo los últimos grupos de Neandertales y primeros humanos modernos, y ver si hubo diferencias en el aprovechamiento de los recursos entre ambas especies, al tiempo que se adaptaban a un medioambiente variable debido a las oscilaciones climáticas ocurridas en ese periodo".
Para ello, Marín y el resto del equipo investigan los restos de animales hallados en el yacimiento serbio. "Las evidencias arqueológicas nos indican que llevabaron una dieta fundamentalmente cárnica y practicaban una caza efectiva de animales como el caballo o el uro".
Jornadas intensas
Durante las campañas, los investigadores duermen en tiendas de campaña, en casas alquiladas, en espacios cedidos por instituciones (normalmente extranjeras). Las jornadas son intensas, al trabajo de excavación se suma el trabajo de laboratorio in situ porque no siempre es posible trarse los materiales. Hay poco tiempo para el ocio. "Posar a un arqueólogo en un país supone una inversión, hay que aprovechar el tiempo".
Y hay un trabajo de mesa, lejos de las aberturas en la tierra, que sirve para preparar las tesis de trabajo y en el que las muestras y hallazgos cobran nuevos sentidos.
Y hay otra extensión obligada del proyecto: la difusión y publicación de los resultados, que pueden abrir nuevas vías de investigación. Es, explica Armendáriz, una forma de devolver a la sociedad la apuesta por su trabajo (de ahí que se organicen jornadas divulgativas para todo tipo de públicos); y es una forma de compartir los avences en publicaciones de referencia de la comunidad científica.
En el caso de Ana B. Marín, la determinación del momento exacto de la ocupación de la cueva por parte de neardentales y sapiens un dato inédito hasta la fecha, o la constatación de la enorme riqueza de la cavidad son resultados reconocidos. "Están en prensa, en la revista americana Journal of Anthropological Research, en colaboración con Bojana Mihailovi,directora de las excavaciones y conservadora del Museo Nacional de Belgrado".
He aquí otra clave que permite avanzar más eficazmente: establecer colaboración directa con técnicos y personal local. "Es un paso obligado", indica Arias. "Desprestigiada" la concepción colonialista de la arqueología, el apoyo de los profesionales del país, de aquellos que están interesados en el objeto de estudio, es fundamental. Esto posibilita sortear con más eficacia de toda la cuestión administrativa: obtener permisos, entender la legislación. En algunos casos, añade Teira, se adquiere un compromiso con las autoridades locales para recuperar y ceder hallazgos. En Jordania, por ejemplo, se aportaron unos suelos excavados que engrosaron el patrimonio del país.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.