El credo montañés
La recuperación industrial de Cantabria está resultando muy desigual en ritmo y en distribución
Juan Luis Fernández
Lunes, 10 de abril 2017, 07:19
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Juan Luis Fernández
Lunes, 10 de abril 2017, 07:19
La producción industrial de Cantabria mejoró en febrero pasado de forma interesante en comparación con un año antes. Medido con base en el año 2010=100, ... el indicador está cinco puntos por debajo de esa referencia, pero cinco puntos mejor que en 2016.
Este crecimiento no se debe por igual a todos los sectores que componen nuestra industria. La de alimentación, bebidas y tabaco ha ido peor que el año pasado, especialmente la fabricación de productos lácteos, y sin embargo las conservas de pescado han ido muy bien. En la madera el alza es ostensible, así como en químicas, caucho, plásticos y otros minerales no metálicos. Mejora toda la metalurgia y singularmente las ferroaleaciones. Productos metálicos, para la construcción, equipo eléctrico y componentes de automóvil también han progresado.
En comparación con el año base, están ya por encima alimentación, caucho, tratamientos y revestimientos, equipo eléctrico y automoción. No obstante, todos los demás sectores figuran aún por debajo de aquel primer impacto de la recesión económica. Nuestra producción industrial sigue siendo más pequeña que la de hace siete años.
Todo esto le puede a usted parecer un poco rollo, pero es fundamental para el futuro de Cantabria, pues son estas fábricas y un sector turístico bien organizado los únicos elementos que pueden evitarnos la conversión acelerada en una autonomía de jubilados, funcionarios y animales sueltos, que es el camino que llevamos.
Nuestra recuperación industrial está resultando muy desigual en ritmo y en distribución. En parte, depende de factores como los mercados exteriores, la cotización del euro frente a otras divisas, o la propia evolución de la economía española (por ejemplo, en costes energéticos). Pero en otra parte depende de cómo organizamos nuestro espacio productivo (equipamientos, comunicaciones), de las facilidades a la inversión, y de los apoyos a la innovación y al emprendimiento.
La autovía A-73 Aguilar-Burgos, que el ministro cántabro ha reactivado, necesitaría un plan estratégico para valorizar industrialmente el sur de Cantabria, máxime si vamos a tener una vía de AVE de Madrid a Aguilar. Quizá los del acantilado no entendemos que nuestra meseta puede ser un motor fabuloso. La A-73 significa Madrid a 2 horas por autovía. Hace frío en invierno, pero también en Holanda, Alemania, Suecia y Dinamarca. Los países más prósperos son de bufanda y guantes.
A veces nuestros industriales dudan, con razón, de si Cantabria cree verdaderamente en la industria o solo es postureo colectivo. El Gobierno regional recortó el año pasado 3 de cada 4 euros que tenía para reindustrializar el Besaya, así que la duda no se disipó. ¿Está la industria en el credo económico montañés?
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Ana del Castillo
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