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MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Lunes, 1 de mayo 2017, 10:17
Cuando veas una película o una serie española en la que un actor corre con el dedo puesto en el gatillo de la pistola, a ese no lo he asesorado yo». Es un error grave, porque la pistola se podría disparar accidentalmente, pero es el ... que más cometen los actores a la hora de interpretar a un agente de la ley en pantalla. De evitarlo se encarga Jota Trillo, el agente de la Policía Nacional encargado de asesorar a las productoras de cine y televisión en España, que ha preferido que le citemos en este reportaje con el nombre ficticio con el que aparece en los créditos. Él enseñó a Morey (Álex González) a usar las armas reglamentarias en 'El Príncipe' y a Tito Valverde, cómo debía comportarse en 'El Comisario'. Pero también da lecciones a los malos: el atraco a un 'Compro Oro' que aparece al principio de 'Las Brujas de Zugarramurdi', la cinta dirigida por Álex de la Iglesia, salió de su manual. Igual que el asalto a la Casa de la Moneda de Madrid que veremos mañana en Antena 3 con el estreno de 'La Casa de Papel' (22.30 horas). Y así hasta 67 ficciones para televisión y 44 películas de cine.
La primera lección que imparte a los actores, actrices y directores es que se olviden de todos los clichés policiales del cine estadounidense. Porque si te cubres detrás de una farola en mitad de un tiroteo, estás muerto. «'Seven' es una película que adoro, pero el personaje de Brad Pitt ha hecho mucho daño porque es icónico. Muchos actores españoles, cuando se quieren preparar el papel de un policía, caen en el error de empaparse de este tipo de películas e imitar a sus protagonistas. Uno de los problemas es que en Estados Unidos hay otro sistema legal que no es el nuestro. Por ponerte un ejemplo, en España el delito provocado está prohibido, lo de dejar un buen coche en un barrio malo como cebo para que lo roben y así detener a los ladrones», explica.
Segunda lección: un léxico correcto es imprescindible dentro de cualquier comisaría que quiera parecerse a la que tenemos debajo de casa. Porque a un delincuente no se le toman las huellas dactilares, sino que se le lleva a 'tocar el piano'. «No es una frase despectiva, se basa en la cotidianeidad de cada día. Una frase bien dada en un momento determinado de una película siempre da caché a la producción; ahí se nota que ha estado bien asesorada. Todas las profesiones tiene un léxico particular y la Policía no es una excepción», detalla Jota Trillo.
¿Y ustedes dicen tantos tacos como en la pantalla?
¡No!, en la vida real no los decimos (risas). Si obviamos que estamos deteniendo gente, el trabajo del día a día de la Policía es muy parecido al de cualquier oficina, no somos un cuerpo militar en el que haya que decir '¡Señor, sí, señor!' a los superiores. Aquí el trato entre nosotros es muy normal y quizá en las series se meta de forma excesiva eso de 'Inspector Pérez, a sus órdenes', pero sobre todo en los primeros minutos para ir definiendo a los personajes.
Además del mencionado error de llevar el dedo siempre en el gatillo, la mayoría de las películas y series policiales se toman otra licencia impensable en la vida real, la del superagente que lo abarca todo. «El mismo personaje que ha llevado un caso de secuestro por la mañana, lleva por la tarde un atraco con rehenes y por la noche está con un caso de pederastas. En todos los cuerpos policiales del mundo hay diferente especialidades, y en la Policía Nacional tenemos 440. Tú puedes cambiar de destino mediante concursos internos que salen una vez al año, pero no cambiar en un mismo día. Aunque entiendo que en cine y televisión se haga así, porque si no el espectador se aburriría soberanamente», señala el asesor.
Antes de desembarcar en el Departamento de Audiovisuales del Cuerpo Nacional de Policía, la sección a la que pertenece, Jota Trillo trabajaba para Canal+ editando las carátulas de vídeo. «Lo compaginaba con prepararme las oposiciones para el Cuerpo. Cuando salí de la academia pasé por dos destinos y finalmente llegué a este departamento», recuerda. La primera vez que le llamaron de la tele, en 2001, fue para formar a la plantilla de actores de 'El Comisario', la serie de Telecinco. Y no debió de hacerlo mal porque la ficción se consolidó en la parrilla durante doce temporadas. Allí entabló amistad con el productor César Benítez, que no dudó en contar con él en 'El Príncipe', y más recientemente en 'Servir y Proteger', la ficción diaria ambientada en una comisaría de barrio que TVE estrenó el lunes pasado (16.25 h.).
Con una media de siete películas y series anuales ('El Niño', 'La Isla Mínima'.), el policía que más veces ha aparecido en los créditos del cine español ha conocido a multitud de actores y actrices. Algunos tienen madera, pero en cambio otros. «De esos prefiero no dar nombres, les explicas una secuencia y no les apetece aprenderla», confiesa. Entre sus favoritos está Juanjo Artero, que «tiene experiencia y seguridad, sabe hacer las cosas muy bien». Otros le han sorprendido, como Lluís Homar, cuando hizo de comisario en 'Bajo Sospecha' (Antena 3). «Es un crack, resuelve todo. Me preguntaba dudas del capítulo ocho y todavía estaba rodando el segundo». O Álex González: «Es la hostia».
El proceso
Este proceso de convertir a un ciudadano normal en un policía creíble puede durar entre cuatro horas, si es para una escena concreta, o varias semanas, en el caso de series que cuenten con muchos capítulos. Aunque también le llaman para solucionar dudas puntuales o si surge algún problema. «A Dani Martín, cuando estaban grabando 'Cuenta atrás' (Cuatro, 2008), le dejaron sin querer esposado a una barandilla y no sabían cómo quitárselas. Me tuvieron que llamar a mí».
En el caso de las actrices Luisa Martín ('Servir y Proteger') y Úrsula Corberó ('La casa de papel'), ambas tuvieron que hacer el curso completo, aunque fueron instruidas de forma diferente, ya que la primera interpreta a una subcomisaria y la segunda, a una ladrona. «Nos hemos preparado a fondo gracias a él. Yo incluso tomaba apuntes porque nos ha explicado los escalafones dentro de una comisaría, el lenguaje... Ahora también sé hacer placajes a los delincuentes y disparar. Pero llevar este uniforme es mucha responsabilidad y no es solo saber cargar un arma, también le preguntaba qué sentían los policías de verdad cuando entran en acción», desvela Martín.
«Al principio me sentía como un pato mareado porque soy muy pequeñita. En las prácticas de tiro había que intentar no darle al muñeco que hace de rehén, y lo maté. Pero para defenderme dije que yo era la mala en la serie (carcajada). Me sorprendieron mucho estas clases, la sensación de tener un arma causa mucha adrenalina», confiesa Corberó. Y si ambas quieren llevarse deberes a casa, Jota Trillo lo tiene muy claro. «Cuando los actores me piden recomendaciones para tener algún referente en el que fijarse siempre recomiendo la serie 'The Wire', que refleja, dentro de las licencias, la vida policial real, cómo trabajamos. Y como peli diría que 'Zodiac', que recibió críticas negativas por lo larga y lenta que era, pero eso pretendía su director, David Fincher. Él quería reflejar una serie de asesinatos que se alargaron tanto en el tiempo que hubo policías que se estrenaron con ese caso y se jubilaron con él. Algo tedioso y desesperante. Es perfecta como reflejo de vida policial».
Cuando ve una película... ¿es capaz de abstraerse?
Buena pregunta... Al final, por defecto profesional, terminas fijándote en todos los detalles. A veces lo intento, pero es imposible.
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