
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Miguel Ángel Pérez Jorrín
Martes, 2 de mayo 2017, 07:33
Las unidades de operaciones especiales de las fuerzas armadas españolas son unas de las más reconocidas de Europa y del mundo por su preparación y ... operatividad y su jefe, el general de división Jaime Iñiguez Andrade (Burgos, 1959), está convencido de que su experiencia y valores son aplicables en mundos distintos al militar, lo mismo que sus procedimientos. De ello hablará mañana, miércoles, a las siete de la tarde ante los alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas en la sala Gómez Laá, gracias a una iniciativa del Colegio de Economistas de Cantabria apoyada por el Decanato de la facultad.
¿Qué puede enseñar un 'boina verde' a los futuros economistas y directivos de empresa?
Estoy convencido de que compartimos más de lo que inicialmente podemos pensar. El militar en general y el boina verde, en particular, tiene unas cualidades y utiliza unos procedimientos útiles en cualquier campo en los que se apliquen. Los miembros de las unidades de operaciones especiales (que son los que se han ganado el derecho a ser llamados 'boinas verdes') se distinguen por estar preparados para actuar alejados de las fuerzas propias, casi siempre en ambientes hostiles, en pequeños equipos, con una gran confianza en sí mismos y en sus compañeros; les gusta innovar, son imaginativos, con iniciativa y con una actitud abierta que les facilita la adaptación a diferentes escenarios. Lo anterior se consigue con un adiestramiento duro, muy exigente y en el que se tienen que enfrentar a situaciones inesperadas donde deben usar su imaginación e iniciativa para seguir adelante.
En cuanto a procedimientos, una de las características del boina verde es la detallada preparación de cualquier operación que vaya a ejecutar; esto incluye la inclusión, durante el planeamiento, de tantas incidencias como se puedan imaginar. Y luego la realización de múltiples ensayos, que también abarcan las incidencias anteriores. Pero el aspecto crucial en las operaciones especiales es el compromiso personal de los que las ejecutan, fundamental en la milicia y esencial entre los boinas verdes. Hay que tener en cuenta que las operaciones especiales son en las que más importancia tiene el comportamiento individual del combatiente: una mala acción de uno puede implicar al fracaso de la misión, lo que rara vez ocurre en el combate convencional; por eso, entre otras cosas, en las unidades de operaciones especiales la serenidad y la sensatez en la toma de decisiones se valoran mucho. Estos factores, cualidades morales, intelectuales y físicas, detallada preparación de sus acciones, adaptación a lo inesperado y compromiso personal, son los que hacen del boina verde un combatiente excepcional. Como se observa, lo anterior se puede enfocar a cualquier actividad de la vida.
A diferencia de otros países como Gran Bretaña, resulta verdaderamente exótico que un jefe del Ejército ofrezca una conferencia sobre la aplicación de sus habilidades en un campo distinto que la seguridad y la defensa.
Posiblemente porque cuando nos llaman a estos foros es para hablar de temas relacionados con la seguridad y defensa; no obstante, creo que está dejando de ser excepcional. Hay muchas áreas que nos afectan a todos, independientemente de a lo que cada uno se dedique: el empleo cada vez mayor de la tecnología, la defensa ante agresiones cibernéticas, eficiencia energética, reacciones ante catástrofes y emergencias, liderazgo, terrorismo internacional, ética y un largo etcétera. Así, la presencia del militar en áreas que van más allá de la específica de defensa tendrá que ser cada día mayor. Por otra parte, en países como el señalado, y otros, el transvase de personal militar retirado o en la reserva a otros ámbitos de la sociedad (empresa, política) es corriente; está considerado como un valor añadido para quien lo recibe. Esto es así precisamente por la experiencia que el militar puede aportar en gestión de grupos, del estrés, toma de decisiones bajo presión, su compromiso ético, etc.
-¿Cree usted, entonces, que los militares deben tener una mayor actividad en la sociedad al margen de sus cometidos específicos?
-Los militares somos parte de la sociedad y hay muchas áreas que nos afectan a todos; ya casi no hay campos estancos. La presencia del militar en foros multidisciplinares tiene que aumentar. Además, la sociedad tiene derecho a saber cómo se invierten los recursos que se ponen a nuestra disposición; en este sentido, los militares debemos responder a llamadas como las que me traen a mí a Santander. Me consta que no soy el primero. En cualquier caso, en la mejor tradición militar está lo de ser parco en palabras y dejar que los hechos hablen por sí mismos. Como decía Calderón de la Barca: «Y así, de modestia llenos, a los más viejos verás tratando de ser lo más y de parecer lo menos».
¿Valen los mismos principios para la evaluación y la toma de decisiones en una unidad de combate que en una empresa?
Una de las peculiaridades en la toma de decisiones en una unidad de combate es que pueden implicar pérdidas de vida, lo que normalmente no ocurre en el mundo de la empresa. Dicho esto, en la vida militar para la toma de la decisión lo primero es identificar cual es la situación final deseada con los objetivos que se pretenden alcanzar; se hace un detallado estudio de los factores que pueden influir (terreno, fuerzas propias y adversarias, etc); se plantean opciones, con las ventajas e inconvenientes de cada una; se analizan los riesgos tomando medidas que los mitiguen; y se anticipan acciones que respondan a contingencias o/y que sienten las bases para operaciones posteriores. Una vez tomada la decisión, se hace un seguimiento de la evolución de la operación para realizar las acciones pertinentes que permitan llegar a la situación final perseguida. Mucho de lo anterior se aplica, seguro, en la toma de decisiones en la empresa.
¿Cuáles son las pautas que ustedes enseñan y practican que mejor pueden aplicarse?
Lo más importante es la actitud individual: ese compromiso personal con el cumplimiento de la misión que hace que ponga todas sus cualidades para que la misma se alcance con éxito: audacia, iniciativa, serenidad, coraje, perseverancia y, por encima de todo, generosidad, al estar dispuesto a dar la vida, si hiciera falta. Evidentemente, esto último puede no ser de aplicación en el mundo empresarial.
¿Hay algo del mundo económico y de gestión que puedan aprender los militares?
Seguro que sí. Los militares arriesgamos la vida pero normalmente no la hacienda, que suele ser lo contrario que el empresario, quien sí arriesga su hacienda, aunque no su vida. Esa capacidad de ofrecer sus bienes, de incluso a veces perderlos y volver a empezar, es de admirar. Al final, lo que importa es la actitud personal: eso es lo que marca la diferencia en cualquier causa.
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Ana del Castillo
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