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Racing

La última paparda

Santiago Gutiérrez Calle

Martes, 2 de mayo 2017, 07:23

El jueves pasado fue un día que a mi consabida presencia en el entreno matinal del Racing le uní una ración extra de motivación verdiblanca. Al atardecer en Liérganes, el pueblo de las tres exageraciones más bellas (las tetas más grandes, el hombre con el ... récord más largo y la localidad más exageradamente preciosa), asistí en el emblemático balneario a una charla-coloquio que le dio por organizar a la asociación Virgen de la Peña. Allí estaba Ángel Viadero de conferenciante. Y junto a él, su inseparable coaching de asistencia en la preparación. El exciclista cántabro Iván Gutiérrez, o como al de Canalejas gusta denominar, el Dron, porque «ve lo que los demás no alcanzamos a ver». Pero había más personajes en Liérganes. Entre bastidores, organizando que todo estuviera en su sitio, el exportero del Racing y del Oviedo Javier Alonso, que con su maestría habitual preparó un vídeo de presentación. Los disertadores quedaron gratamente sorprendidos. Incluso Paco García, uno de los entrenadores cántabros que más ha aportado a la mejoría de nuestro balompié, y que en aquel encuentro hacía las veces de responsable para que todo saliera a las mil maravillas. Y es que Paco es más de hacer que de decir que hace. La charla-coloquio logró reunir a una nutrida concurrencia de aficionados racinguistas, entrenadores de fútbol, representantes de algunas peñas del equipo verdiblanco, cargos del organigrama que preside Manolo Higuera... Una vez roto el hielo de quien hace la primera pregunta, las cuestiones y dudas fueron cayendo en cascada, con una excelente exposición y compromiso. Todas fueron contestadas con habilidad, seguridad y el convencimiento de los que saben de lo que hablan. Emanaban tal confianza los salones del balneario en torno a este Racing, que daban ganas de jugar la fase de ascenso contra Messi y diez más. Quienes en estos momentos representan al Racing con brillantez querían que el tiempo en Liérganes transcurriera lentamente, que se parase para saborearlo lentamente. Pero llegó el momento del fin, cuando el moderador del evento, Alfredo Gómez, con su maestra sencillez, supo encontrar el momento adecuado para dar por finalizado el coloquio. En ese mismo instante pensé cosa rara en mí que había estado en un acto en el que los oradores habían dado una lección. De este deseo imposible de conseguir parar el tiempo - me acuerdo ahora que junto estas letras. Tal vez era una premonición. Una vez visto el partido contra el Guijuelo por televisión, mis pronósticos de que el Racing no perdía en este final de Liga han quedado, como es habitual en mí, destrozados. Aunque seguiría defendiendo que ahora el equipo no ofrecía atisbos de fallar, tengo que reconocer a los que vaticinaban que los de Viadero iban a tener una paparda que acertaron. Esperemos que sea la última. Que el viento serrano de Guijuelo, unido a un primer tiempo lamentable, una vez más, que dejó inoperantes a algunos jugadores y helados a otros, sea la última derrota presagiada que tengamos que lamentar. Esa que, como dice un orador de lujo, el catedrático en Psiquiatría Enrique Rojas, «que la derrota enseñe lo que el triunfo oculta». Esperemos que esta derrota sea la que algunos en la charla-coloquio preguntaron si estábamos preparados para asimilar. Tardo en responder. La memoria selectiva me invade y también la teoría de Córcoles. «La obligación de conseguir el ascenso es más un aliciente que una presión».

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