"Soy muy ambicioso y siempre quiero más"

Daniel Aquino (1990, Murcia) se peina como quiere unas veces su pelo es amarillo y otras se reduce a una cresta a lo punky y un par de pendientes adornan su orejas. Todo carácter. Cada uno de sus tatuajes tiene un sentido, quizás como todo lo que hace cuando se viste de corto. Desde muy pequeño quiso jugar al fútbol y sin dejar de serlo ya era futbolista; con 16 años debutó en Segunda División con el Murcia. No es de los que les gusta esperar, prefiere llegar tarde por querer estar en muchos sitios. "Me gusta pelear en el campo, me gusta bajar a apoyar a mis compañeros, echar una mano, bajar a buscar la pelota... Incomodar", asegura el delantero. Esa especie de intranquilidad o de permanente estado de fuga es el que le dota de un signo de identidad intransferible. Con el póquer del pasado domingo lleva 23 goles. Suma y sigue.

La personalidad de Aquino es su carta de presentación. No le importa dejarse ver o hacerse notar, es más, si no lo hace se apaga y desaparece. "Cada jugador ha tenido su momento en el que ha habido que estar. A mi me ha tocado algún día y es lo que exige jugar en el Racing", señalaba este lunes junto al monasterio de Santo Toribio, en pleno corazón de Liébana. Lo de Toribio le toca de cerca, porque su padre, el famoso Toro Aquino, jugador del mejor Murcia de Primera División se llamaba además deDani, como su hijo, Toribio, como el Santo. El delantero lo decía con la boca pequeña, porque a él lo que le va es sentirse importante. Lo fue en la primera parte del campeonato cuando el Racing sufrió una Aquinodependencia feroz y lo es y lo será hasta el final. "Intento ayudar. El equipo está haciendo una temporada superando todos los récords y no sólo yo, todos los jugadores son importantes".

Además de talento, el destino le regaló un carácter indómito, pero hasta los caballos más rebeldes tienen su momento de templanza. Un matrimonio, un hijo y una madurez acelerada. Todo llega. "Es cierto que siempre he sido un poco guerrero, pero en Santander ha sido donde mejor me he encontrado", recuerda. A Ángel Viadero le culpa de ser "el entrenador que mejor me ha entendido y que más confianza me ha dado". Bienvenida. Con 18 años jugó en Primera y con 23 se vestía en un vestuario de Champions (Atlético de Madrid); ahora disfruta más de todo. "Estamos haciendo una temporada increíble, números inimaginables... Sólo nos falta rematar".

El mejor momento

No vino a Santander para conformarse; para eso podía haberse quedado en Soria donde la pasada temporada fue uno más. Eso no le gusta. El domingo aceptó el reto de tirar del carro, sin Abdón Prats las miradas estaban en él. "Salió todo bien. Al final hay que ayudar al equipo. En la segunda parte jugamos muy bien y eso facilitó las cosas". Pese a que casi ha hecho de todo, lo de marcar cuatro goles fue nuevo."Nunca me había pasado. Estoy muy feliz.No pasa todos los días y me gustaría repetirlo". Estas últimas palabras definen al murciano, pero aún hay más. Aquino mantuvo al Racing en los meses de octubre y noviembre. Sus goles a última hora maquillaban la falta de puntería de un equipo que lo hacía todo bien, menos marcar.

Sin embargo, en noviembre una nube negra le persiguió unos días, pero añade el delantero "en realidad lo único que pasó es que los números no fueron los mismos. No creo que haya estado mal en ningún momento, pero las estadísticas a veces son así. Ahora mismo estoy a un gol de marcar los mismos que en la primera vuelta. Estoy bien y ahora viene la parte más bonita de la temporada. Tengo ganas de rematar el trabajo ". El play off coge a Dani Aquino loco por la música.