En su tratado sobre la naturaleza de los dioses, el orador, político y filósofo Marco Tulio Cicerón cuenta el siguiente hecho, ocurrido casi dos siglos ... antes, durante la primera guerra contra los cartagineses: uno de los dos cónsules romanos, Publio Claudio Pulchro, es decir Claudio el Guapo, estaba situado con su gran escuadra frente al puerto siciliano de Trapani y, deseoso de entrar en combate contra la flota púnica, ignoró el procedimiento ritual de consulta de los auspicios, y se arrojó a una batalla en la que fue gravemente derrotado.
La consulta del auspicio (de avis, ave, y specere, observar) consistía en ese caso en verificar si los pollos sagrados, una vez liberados de la jaula, comían (buena señal) o no (mala). Impaciente por la falta de apetito de los pollos en cuestión, Claudio el Guapo había ordenado arrojarlos al mar: «Ya que no quieren comer, que beban», dijo. A su regreso a Roma fue juzgado por impiedad, y aunque parece que pudo librarse no sobrevivió mucho al estrés.
Metafóricamente, pues, "hacer un Claudio el Guapo" es abalanzarse a pugna temeraria haciendo caso omiso de las obligadas consultas. El pasado miércoles fue para Cantabria un día de triple colleja. Primero, la Autoridad Fiscal Independiente señaló que de enero a marzo la economía de Cantabria ha crecido con el menor ritmo de toda España, exactamente la mitad que la media. Segundo, el servicio de estudios de las cajas, Funcas, vaticinó también para nuestra región un crecimiento en 2017 notoriamente por debajo de la media. Y tercero, otra entidad habitual, Ceprede, nos situó también en peores condiciones. Los pollos sagrados de la economía regional se niegan a comer.
Ya desde hace muchos trimestres las estadísticas nos dicen que la recuperación cántabra es menos intensa que la general del país. En 2016 el riesgo de pobreza aumentó. El empleo que se crea es mayormente o público o precario (en tiempos, en dineros), o ambas cosas.
Por tanto, el espectáculo oficial de lanzar las naves al ataque del cartaginés ignorando la falta de apetito de los pollos no presagia nada bueno, porque estas cosas son figuras eternas de la vida social. Salió mal en Sicilia hace 24 siglos, y saldrá mal dentro de 24 meses.
Todo indica que el presupuesto actual pasará a la historia por aprobarse muy tarde e incumplirse muy pronto. En el primer trimestre, Cantabria ha gastado 27 millones más e ingresado 31 millones menos que en el año anterior por las mismas fechas. Estamos 58 millones peor. Y queda todo el resto del año para seguir observando pollos en ayunas.
Parece más lógico examinar bien las causas de este prolongado atraso de la recuperación económica en Cantabria, y trazar un programa de acción que pueda remediarlas. Si se prolonga esta flojera, la comunidad bajará muchos escalones de bienestar social. Pensar que la autonomía puede sobrevivir a semejante shock es "hacer un Claudio el Guapo". No le digo nada del otro cónsul colega de Claudio, el pobre Lucio Junio. Tuvo que dimitir del todo. ¡Ah, si hubiera conocido la post-verdad y echado la culpa al Senado, a los cuestores o incluso a los tribunos de la plebe por la pérdida de tantos barcos! Ya entonces el secreto de la política no era desfacer entuertos, sino colgar mochuelos. O pollos.
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