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Insobornable

En el cortafuegos sientes vértigo; en Ruente, escalofríos; en Ucieda, alivio; en la ruta de los Puentes, incertidumbre; en Brañazarza, ahogo; y en el Toral, al ver a los aficionados animar, lo sientes todo a la vez

Marcos Menocal

Sábado, 27 de mayo 2017, 08:29

Cada pedalada es el eco de la cabalgada anterior, esa que se clava en las caderas y te deja las rodillas tiesas como una estaca. En la bicicleta se reproducen todos los dolores camuflados que durante el maratón a pie no dan la cara. La ... combinada del Soplao te enseña a sufrir con la calculadora en la mano. Ese salto a destiempo; aquella carrerita de más... La piedra que saltaste en vez de apoyarte... Todo pasa factura. No admite chantajes. Se trata de asistir a un cursillo de sufrimiento por etapas; de una curva a otra, un repecho, una cresta, un riachuelo, un cortafuegos... Sobornas al esfuerzo autoengañándote. Te haces trampas. El éxito está en inventarse una meta cada cinco minutos. Así durante nueve, diez u once horas, ¿acaso hay prisa?

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