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Miguel Ángel Pérez Jorrín
Domingo, 28 de mayo 2017, 07:49
Fermín García Balbás, (Torrelavega, 1952) es escéptico sobre la anunciada mejoría económica, cree que las pequeñas y medianas empresas se limitan a sobrevivir, no tienen beneficios y no pueden cumplir su función social de crear riqueza y empleo. Y con sueldos de 900 euros no ... cabe hablar ni de recuperación ni de consumo. Al menos, su empresa, que emplea a 70 trabajadores y facturó el año pasado 5,4 millones de euros, espera mejorar los resultados un 20%. Una de sus principales reclamaciones, que sobrevuela durante gran parte de la entrevista, es un cambio en los concursos públicos para acabar con las bajas temerarias, algo que considera un cáncer económico.
¿Siguen siendo importantes para ustedes los concursos públicos, un poco a la baja en los últimos años?
Nosotros hemos crecido de la mano de los concursos públicos, lo que puede llevar a preguntarse ¿de qué vivimos ahora?, porque concursos públicos no hay. Las administraciones públicas no licitan y además han implantado la baja temeraria justificada dentro de la administración...
Menudo oximoron...
Si. Es como un cojo que gana un maratón. Es una perversión y un cáncer económico que yo comenté en su día con el exministro socialista Jordi Sevilla, que me dijo que si volvían al Gobierno una de las primeras leyes que iban a modificar es la que permite esto, la Ley de Contratos de Administraciones Públicas, para evitar todas esas triquiñuelas que dan lugar a adjudicaciones que no resultan claras.
¿Cuánto se considera baja temeraria, un 25, un 35% sobre el precio de licitación?
Se contempla en cada pliego, pero suele estar estandarizado en un 25%. Yo creo que los pliegos deben excluir al que baje más de un 25%. Si no, se estará dando por bueno que al proyectista se le ha ido la cabeza, porque estima un coste de dos millones de euros a algo que una empresa hace en un millón. O el que lo hace en un millón tiene truco.
plan de empleo del besaya
¿Cree usted que los programa de de revitalización y empleo de Torrelavega, donde tiene su sede social, están teniendo éxito?
¿Qué programas? Lo que se está haciendo ahora es coger a parados, darles un rascavidrios sofisticada herramienta y con fondos europeos de empleo dedicarles durante seis meses a limpiar las pegatinas de los semáforos y de las farolas. ¿Hay nuevo empleo en Solvay o en otras empresas pequeñas y medianas de la cuenca del Besaya? No, a la gente se la retira del paro con esto y con cursos. Y el señor al que se contrata ya tiene la fecha de salida marcada no genera economía ya que, lógicamente, no gastará. Es todo falso
Pues se está haciendo uno...
Ni los políticos ni los sindicatos y esto póngalo, por favor tienen ni idea de como se monta una empresa y no pueden hacer un plan sin contar con los que tienen que poner la carne en el asador en este plan. ¿Qué va a hacer el Ayuntamiento? ¿Contratar más funcionarios? El plan se debe hacer con los empresarios de la cuenca del Besaya, y no dejar fuera a una entidad como es la Cámara de Comercio que es la que los agrupa. Esto es gastar el dinero de cara a Europa sin resultados.
¿Entonces?
Pues habrá que, al menos, cuidar lo que se tiene y funciona. Por ejemplo, los que tenemos la sede en los polígonos industriales estamos maltratados por la administración. No hay una ley reguladora para la gestión, cada polígono es como el ejército de Pancho Villa y así no se puede seguir. Vea lo que ocurre en el polígono de Raos. Y las empresas de los polígonos generamos un 45% del PIB del España y el 70% del empleo. El problema es que no damos votos a los políticos.
¿Por qué ocurre esto y ocurre desde hace tiempo?
Las empresas estamos intentado sobrevivir a esta crisis. No crecemos, no creamos empleo (o muy poco) y no ganamos dinero. Y así más nos parecemos a una ONG que a una empresa. Estamos todos esperando algo que no solo no llega sino que yo, y siendo muy optimista, creo que no va a llegar. Y tenemos que adaptarnos al nuevo entorno económico. No podemos pensar que esto ha sido una crisis pasajera, como si fuera un catarro. Esto es un cambio económico y no volverá a ser lo que era porque se han destruido cientos de miles de empresas, mucho tejido industrial. Y, además, está el peligro de las deslocalizaciones y el de una cierta inseguridad jurídica que hace que se retraiga la inversión extranjera...
¿En qué aprecia esa inseguridad jurídica?
Yo creo que está clara en los cambios legislativos y normativos en el tema de las energías renovables. Si yo soy un kuwaití que traigo aquí 1.000 millones de dólares y me cambian las reglas de juego a mitad del partido... Eso nos va costar a todos mucho dinero.
¿Y también inseguridad concursal con las bajas a las que aludía antes?
Yo mejor diría que no hay transparencia concursal. Y eso pasa aquí, pero no pasa, por ejemplo, en el País Vasco. Allí es imposible ganar una licitación si no estás instalado con una delegación. Se ve en los pliegos y mira que la Ley de Contratos acota la parte subjetiva de un concurso. Allí no hay nada que hacer; sin embargo en Cantabria no se hacen ascos a adjudicar a empresas vascas o gallegas los contratos en perjuicio de una empresa cántabra. Yo no pido tratos de favor: si no me he ganado el concurso, vale. Por otro lado, yo creo que hay que proponer al Gobierno de forma seria que cuando adjudica a un contratista, además de que la obra esté bien terminada, la empresa tiene que estar al día en el pago a Hacienda y a la Seguridad Social y, también, a sus proveedores y subcontratistas. Y podemos a hablar de los plazos de tiempo: se esta cobrando de la Administración a 60 días y pagando a 240; hay grandes empresas que tienen un banco a cuenta de las pymes, de los más débiles. O pagan con un pagaré y ya se sabe: pagaré... si pago. Esto nos quita el sueño a muchas empresas. La Administración debe proteger a los que generamos realmente el PIB de este país, que no son ni Telefónica, ni Repsol. Son los millones de pymes que damos el callo cada día. Aquí hay apaños y falta de transparencia en las licitaciones, ya que las bajas temerarias justificadas se justifican siempre.
¿Han realizado un seguimiento sobre la finalización de las obras que se adjudican con bajas temerarias?
Lo hacemos cuando lo perdemos, no cuando somos los malos. Yo también he ido a la baja y en algunas ocasiones ni eso me ha valido. Oferté una obra con un 32% de baja y, al final, se adjudicó con un 45%. Luego hay trucos: yo sé de un polígono industrial en el que se adjudicaron a la baja las farolas y el contratista se las posó en el terreno. Cuando le dijeron que las tenía que instalar la contestación fue: «¿Por este dinero se las voy a colocar?» Y es que si alguien se cree que las empresas trabajamos con márgenes que permitan bajas del 40% está equivocado. Hay un porcentaje notable de empresas que ganan con bajas así y quiebran antes de acabar la obra y ahí los problemas son para la Administración, que al final gastará más.
¿Cuál es el margen con el que trabajan más habitualmente?
Estamos trabajando casi en negativo. Cuadrar una obra con un 3% de margen es un éxito rotundo; trabajamos para mantener plantilla, estructura y salarios. Mientras estás vivo tienes esperanza y las empresas estamos subsistiendo con respiración asistida. Pagamos a todos y aguantamos, pero yo creo que un 70% de las pymes están en quiebra técnica y se salvan por el aporte de dinero de sus propietarios.
Veo que usted no cree mucho en esa recuperación económica que se pregona...
Vamos a ver, la macroeconomía no soluciona el problema económico de este país. La mejoría está en las empresas que exportan mayoritariamente: las empresas que venden aquí no están tan bien. No es la macroeconomía la que nos ayudará a salir adelante, es la micro y para que se mueva lo primero que hay que tener son salarios adecuados. La economía de un país no puede funcionar con sueldos de 900-1.000 euros...
Eso es cosa suya, de los empresarios...
Pues claro, pero nosotros tenemos que buscar un equilibrio. Si yo mañana duplico el salarios a mis empleados sin más, sin tener el doble de beneficios previamente, duro cuatro meses y todos al paro. Ese equilibrio se puede buscar: cortemos las bajas temerarias y licitemos. Ahora bien, Cantabria está endeudada hasta las pestañas y no puede licitar. Y la licitación no solo me beneficia a mi como adjudicatario: yo luego compro en la ferretería, en los almacenes... Y una adjudicación a un precio correcto también tiene efectos beneficiosos para los impuestos y la recaudación
Codelse tiene varias áreas de negocio: electrónica, telefonía, seguridad, instalaciones museográficas... ¿Cual va mejor por actividad y proyección?
Nos va mejor en lo último que hemos entrado, en lo que hemos innovado, alejándonos de actividades en las que llevábamos 35 años, pero que habíamos visto como caía el consumo y entraba más competencia, leal o desleal. No se puede nadar contracorriente; mantienes la actividad y mantienes a tus clientes, pero más que crecer decreces. En Codelse, el primer trimestre fue fatal, caótico diría yo, y el segundo ha sido bastante mejor y nos colocará en linea de beneficios. Los nuevos campos son la climatización, renovación de aires, eficiencia energética u energías renovables: son actividades en las que llevamos menos de cinco años y en las que hay algo menos de competencia. Y, además, tenemos más capacidad de innovación, mejores técnicos y más músculo financiero que la competencia. Esto nos compensa con lo que va peor.
Esto les ha permitido mantener empleo durante la crisis?
Si, y hemos crecido un poco y renovado plantilla por cuestiones de productividad. Hay más exigencia para obtener mejores resultados y poder competir en un mercado de donde te expulsan si no eres competitivo. Y también pagamos sueldos por encima del convenio del Metal. Yo creo que los convenios no tienen que ser de sector y hacerlos los sindicatos, hay que hacerlos en las empresas. Si me imponen un convenio sin saber la situación de la empresa me pueden estar imponiendo el cierre. Yo puedo negociar con mis trabajadores unos salarios más bajos y mayores incentivos por productividad.
Ustedes empezaron hace 35 años colocando antenas de TV y porteros electrónicos...
Si, eran instalaciones principalmente de viviendas y algunas de industrias, especialmente las telefónicas. Era un mundo sin móviles, de telefonía fija, con buscapersonas. También sistemas de seguridad antiintrusos y de detección de incendios... Estas suelen ser obras importantes, sobre todo las de empresas: ahora acabamos de terminar una de casi un millón de euros de extinción de incendios. El problema es que hay buen trabajo, pero estamos en una comunidad pequeña donde de este tipo sale una obra cada cinco años. Luego hay que vivir otros cuatro años... por eso estamos saliendo afuer, principalmente en polígonos industriales de Castilla y León y Madrid. Y también estamos en Marruecos, que es un gran país para invertir y trabajar.
Usted intentó competir en la carrera por la presidencia de la CEOE sin éxito ¿qué visión tiene de su labor actual?
La CEOE y los sindicatos no cumplen con su papel. Ni los sindicatos no defienden a los trabajadores y ni la CEOE defiende a las empresas. Hacemos que hacemos. No se entra en el fondo de las cuestiones, en lo que hace que Cantabria funcione más allá de los ingresos del turismo, de ese turismo estacional que tenemos. La industria está cayendo, se está deslocalizando y las empresas de servicios dependemos de ellos. Y tampoco hay inversión extranjera.
¿Cómo ha sido su experiencia de trabajo con Renzo Piano en el Centro Botín?
Bueno... Muy complicada. Fue una obra que se dijo que se haría en dos años y que se acabará al final en cinco. Esperamos haber terminado ya los últimos ajustes, en los que hemos estado ahora, reforzando los sistemas de seguridad. El retraso ha perjudicado a todos los que hemos estado allí en cuestiones de personal y de programación del trabajo. Y, además, hay que tener en cuenta que el diseño estaba en la cabeza de Piano y ha habido que improvisar mucho sobre la marcha, corregir... eso supone un verdadero problema para las empresas.
¿El resultado?
Es una gran obra, un 10 sin ninguna duda. Yo no había visto nunca una perfección de trabajos y una calidad de materiales comola que se dá aquí y he estado en miles de obras en toda mi vida. Sin duda es la mejor en la que ha participado Codelse en toda su historia.
¿La pantalla...?
Es una decisión de la Fundación Botín. Hemos viajado por medio mundo viendo instalaciones para decidirlo. El mundo este evoluciona cada día y es necesario adaptarse.
Una parte importante de su actividad tiene que ver con la museografía, con centros como el Museo de Prehistoria ¿Qué opina de la nueva sede que se anuncia para el museo, en el aparcamiento del Palacio de Festivales?
Como expectativa de trabajo, fenomenal. Su ubicación actual me parece mejor que la que se anuncia. Ahora está en el cogollo de los museos de Santander, con la expectativa del Banco de España, el Centro Botín, los centros de interpretación... Y lo queremos sacar... Cierto es que en su actual ubicación no cabe todo y también recuerdo que la obra fue una verdadera pesadilla... pero ya está.
¿Seguirán ustes con esta línea de negocio?
Eso quisiéramos, pero depende de las licitaciones públicas y ahora están como están. Por eso creemos que aquí debe entrar la colaboración privada. Es una forma de generar riqueza para esta comunidad. Estamos en contra del inmovilismo y del pesimismo. Hay que poner las ideas a funcionar y no hay que tener problemas en copiar cosas que funcionen en otros países. Y si en el Banco de España hay que hacerlo con financiación público-privada que se haga, pero que no se desaproveche la oportunidad.
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