Acuerdo por la educación: ¿ilusorio o ilusionante?
Resulta sorprendente que una propuesta hacia el futuro se olvide del presente y del pasado
Javier Flor
Viernes, 2 de junio 2017, 23:42
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Javier Flor
Viernes, 2 de junio 2017, 23:42
El Consejo Escolar de Cantabria (CEC), máximo órgano consultivo regional en materia de Enseñanza, ha presentado hace pocos días un documento de 48 páginas titulado Acuerdo por la Educación en Cantabria. Un acuerdo que lleva fraguándose año y medio inmerso en un gran secretismo, pues ... los diversos sectores implicados no han consultado con sus sindicados, asociados, compañeros o representados. Ahora, sin ningún debate dentro de tanta institución presente en el CEC, se presenta una amalgama de propuestas sin mucha fundamentación, con contradicciones y una redacción farragosa. Una curiosidad: para los redactores no existe la ñ como letra organizativa.
La Consejería de Educación está detrás de la iniciativa, primero como promotora y ahora como difusora. La presentación pública ha sido hecha con algún bombo y platillo por el consejero de lo pedagógico. Se habla de 120 medidas para la mejora de la educación que tienen que ser refrendadas ahora por los partidos políticos presentes en el Parlamento Regional. Se pretende que este centenar de medidas perdure en el tiempo, más allá de vaivenes políticos. La idea parecería buena si el acuerdo lo fuera.
Las carencias del acuerdo
Sin quitar valor a que un grupo de personas se preocupen por la Educación en Cantabria y logren alcanzar un pacto algo encomiable en estos tiempos de enfrentamientos por una calle o un archivo, el acuerdo parece pensado como una programación escolar. Un acuerdo que, entre otras muchas cosas, destaca por cuatro grandes carencias:
No hay ningún análisis de la realidad presente o pasada. No existe historia educativa de lo hecho hasta ahora, un punto de partida que permita entender lo que pasa en nuestra educación regional.
Ninguna afirmación está fundamentada con datos. No hay números de nada.
No existe ninguna fundamentación de estudios o investigaciones que avalen una u otra propuesta. Serán propuestas consensuadas, pero ¿son las mejores?
No existe un proyecto de financiación de tanto dinero que se pide.
Resulta sorprendente que una propuesta hacia el futuro se olvide del presente y del pasado. Habría que analizar los puntos fuertes y débiles de nuestra educación actual, algo que parece obvio y no se hace. Cómo estamos para saber adónde vamos.
Algo casi idéntico pasa con cualquier tipo de fundamentación. El acuerdo no ofrece datos de cuántos alumnos existen en 2017 y en cuántos se quedarán en 2033, uno de los horizontes expresados por el CEC. No se saben niveles de logro, niveles de fracaso escolar, comparaciones con otras comunidades, con otros países, gastos por alumno, costos por tipos de enseñanza. Eso sí, hay que llegar al 7% del PIB en dieciséis años: 400 millones de euros más cada año que tampoco se sabe de dónde se van a sacar. Algo que sí parece claro: habrá decenas de miles de alumnos menos a la vuelta de dos décadas. ¿No va a marcar este dato la Educación de Cantabria, con los consiguientes cierres de centros y menor necesidad de profesorado?
Las carencias de la Educación en Cantabria
El acuerdo habla de «las características esenciales del Sistema Educativo en Cantabria». Pero, ¿cuáles son estas características? No se encuentran escritas por ningún lado. Eso sí, «necesitamos ser optimistas», y mucho añado. Un optimismo que uno no comparte viendo que gran parte de lo que se pide en el acuerdo no se cumple actualmente, ni se va a cumplir el curso que viene y puede que no se cumpla nunca.
Las carencias de la Educación en Cantabria son muchas, tres de ellas de importancia:
No existe un currículo que ayude a entender Cantabria. Los escolares desconocen geografía, historia, economía y cultura de la región.
No existen planes claros y continuados de enseñanza de idiomas extranjeros, inglés mayormente. No se respetan ni se cumplen las indicaciones del Consejo de Europa en este campo y las iniciativas de un gobierno no son vinculantes para el siguiente. Se sigue aprendiendo mal los idiomas y no parece que esto preocupe a los firmantes del acuerdo.
Se mantienen niveles de ratio elevados en las aulas. El acuerdo vuelve a establecer 25 alumnos desde los 3 a los 16 años. ¿Por qué no apostar ya por niveles europeos de ratio en educación infantil y dejarlos en 14/16 en esta etapa decisiva?
Además, otras carencias. La respuesta educativa a alumnos con problemas no es buena, existe más acoso escolar que los contados casos reconocidos, el desarrollo de las TIC deja mucho que desear (el propio CEC tiene una página anclada hace cuatro años, donde no se puede conseguir el acuerdo), los desequilibrios entre centros son grandes, la coordinación entre servicios escasa, las evaluaciones de alumnos son demasiadas El acuerdo logra el objetivo de alcanzar un acuerdo (página 2), pero no ilusiona. Suena, más bien, ilusorio.
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