Contra el absurdo tecnológico

El de Rubin es el discurso de un nuevo disidente, agotado por lo monótono del reto en el que se convirtió Android. Abandonó Google en 2014, después de que doce meses antes fuese arrinconado por Sergei Brin y Larry Page en la compañía y perdiese el control sobre el destino de la plataforma móvil más extendida del mundo. Ahora es CEO de su propia compañía. Tiene unos pocos meses de vida, pero ya cuenta con varias balas, comercialmente hablando, preparadas en la recámara.

Esta semana en San Francisco presentó el primer producto de la firma: Essential Phone. Y lo hizo aferrándose al mantra de que es más fácil innovar en start-ups que en las compañías gigantescas: "Hemos tomado decisiones, que los grandes fabricantes no pueden tomar". "El diseño de los aparatos que nos rodean son totalmente diferentes a la organización de los humanos", aclaró Rubin, que llamó a utilizar una nueva generación de sensores y jugar con conceptos como "el espacio o la presión" para crear dispositivos realmente humanos.

El Essential Phone es un terminal que extiende su pantalla de 5,7 pulgadas hasta los mismísimos bordes del dispositivo, como lo hacen el Galaxy S8 o el G6 de LG. Utilizará Android y vendrá sin conector jack el de los auriculares, una funcionalidad que parece tener los días contados en el mercado en favor de conectores como el del USB Tipo-C.

Será modular y magnético. Magnético porque incluirá dos pines que permitirá cargar el teléfono inalámbricamente, además de poder conectarse a accesorios como cámaras o baterías portátiles. "Literalmente es un USB 3.0, pero inalámbrico", afirmó el padre de la idea. Uno de los accesorios que tendrá este terminal, que pretende dar la puntilla al Píxel el último móvil de Google, un fiasco en términos de ventas, es una cámara 360 que se acopla a la parte trasera.

Sorprende que a pesar de atacar tanto a Android como a las telecos durante el evento, el teléfono creado por Rubin funcionará con la plataforma que él mismo creó. Sin embargo, habrá una diferencia sustancial: modularidad. Ahora que Google ha aparcado el proyecto Ara y apenas Motorola trabaja con la posibilidad de añadir elementos a los terminales, Rubin pretende revitalizar la posibilidad de personalizar el teléfono en el aspecto del hardware.

Saldrá a la venta con un precio de 699 euros, moviéndose de esta manera en la franja en la que están otros alta gama del mercado como el iPhone 7, el Huawei P9 o el P10. Se podrá encargar a través de la página web. El Essential Phone está construido con titanio y cerámica, la pantalla es Gorilla Glass 500. Cuenta con dos cámaras con sensores de doce megapixeles cada una, 128 GB de memoria interna y 4GB de RAM. El procesador correrá de la mano de Qualcomm: un Snapdragon 835, el último del catálogo.

Marca blanca

Ante el reto de ganar dinero vendiendo móviles, algo que solo consiguen algunas multinacionales, Rubin asegura que busca "ganarse la confianza del consumidor resolviendo sus problemas" y que eso es lo que proporciona sustancia al negocio. El ex vicepresidente de Google también tiene muchas esperanzas puestas en el llamado Internet de las Cosas. Aunque su terminal vendrá con el asistente del buscador, también trabajan en el suyo propio. Una tecnología que, una vez preparada, permitirá crear Essential Home, un altavoz al estilo Amazon Echo que será la primera pieza de Ambient OS, un sistema operativo propio para conectar todos los elementos del hogar inteligente.

La compañía no se centrará solo en producto propio. Propone convertirse en una marca blanca de grandes superficies u otras compañías para diseñar y crear productos en conjunto.